La resolución, aprobada el martes durante una sesión de la 75.ª Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), enfatiza la necesidad del desarrollo de recursos humanos palestinos para fortalecer las capacidades locales de atención médica.
También pide al director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, que fortalezca las asociaciones con otras agencias de las Naciones Unidas, con el objetivo de mejorar la respuesta humanitaria de salud a los palestinos bajo la ocupación israelí y la población de los ocupados altos del Golán sirios.
El documento insta al régimen de Israel a facilitar a los palestinos y golaneses el “acceso no discriminatorio, asequible y equitativo a las vacunas contra la COVID-19”.
De hecho, la nota alerta de los “problemas derivados de la ocupación prolongada” del régimen sionista, resaltando la urgencia de brindar la asistencia técnica necesaria para atender las necesidades de salud de la gente en los territorios ocupados y el Golán sirio, incluidos los presos y detenidos.
Según la resolución, se debe también fortalecer la prestación de servicios de salud mental en dichos territorios.
El régimen sionista fue condenado en los discursos por varios países, incluidos Irán, Siria, Venezuela, Turquía, El Líbano y Cuba, por seguir violando los derechos de salud de los palestinos y la población de los altos del Golán.
En concreto caso de los palestinos, informes apuntan a que la violencia israelí ha crecido en gran medida en los territorios ocupados, mientras el mundo entero está sumido en la crisis por la COVID-19 y lucha por contenerla.
De hecho, Israel ha prohibido la importación a Gaza de los equipos esenciales de protección y ha rehusado dar servicios a las personas afectadas con este virus en este enclave costero.
El régimen de Tel Aviv, asimismo, ataca y destruye los centros médicos levantados por los palestinos por la emergencia sanitaria actual.
