La Unión Europea y EEUU destacaron la necesidad de tomar medidas lo antes posible para disminuir la dependencia europea de los recursos energéticos de Rusia.
"La Comisión Europea y los Estados Unidos entienden la urgencia de tomar medidas decisivas para reducir las importaciones de energía desde Rusia", resalta una declaración conjunta sobre la seguridad energética europea publicada en el sitio web del Ejecutivo comunitario.
A su juicio, el país euroasiático "no es un proveedor fiable de energía para Europa y ha actuado de forma injustificada e inaceptable" ya que dejó de suministrar la electricidad y el gas a Finlandia, detuvo las exportaciones del gas a Polonia y Bulgaria, así como "amenaza con acciones similares contra otras naciones europeas".
"En toda Europa, desde los países nórdicos hasta los Balcanes, se están realizando esfuerzos para diversificar los suministros y reducir la dependencia del gas ruso", afirma la nota.
La Comisión Europea y EEUU siguen trabajando juntos "para diversificar el suministro de gas natural en Europa", así como "aceleran el despliegue de tecnologías inteligentes y de bajo consumo energético en las empresas y los hogares europeos, electrifican la calefacción y redoblan la producción de energía limpia para reducir la demanda total de combustibles fósiles".
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el pasado 23 de marzo que los países a los que Moscú califica de hostiles, entre ellos los 27 miembros de la Unión Europea, tendrán que pagar en rublos el gas ruso.
A partir del 1 de abril, Rusia interpreta como incumplimiento de los compromisos contractuales la negativa de Estados hostiles a pagar los suministros en rublos. La Unión Europea tacha de "chantaje" esta medida.
El 27 de abril, el gigante energético ruso Gazprom suspendió por completo el suministro de gas a las compañías Bulgargaz (Bulgaria) y PGNiG (Polonia) por su negativa a efectuar los pagos en rublos. El 21 de mayo cortó el suministro a la empresa Gasum (Finlandia).