La contienda verbal entre China y EE.UU. parece no tener fin. El gigante asiático volvió a criticar el discurso de política exterior del secretario de Estado Norteamericano, Anthony Blinken, quien ha catalogado a Pekín como el desafío más serio al orden internacional. Para China solo se tratan de mentiras flagrantes y de hechos distorsionados.
En este sentido, el mismo canciller chino, Wang Yi, ha acusado a EE.UU. de llevar a cabo una campaña de desprestigio contra Pekín. Afirma que Washington se ha convertido en una fuente de inestabilidad y un obstáculo a la paz mundial. Y es justamente lo contrario a la opinión que China tiene de sí misma.
Pekín asegura que, en las últimas 7 décadas nunca ha lanzado una guerra, sino que siempre ha abogado por resolver los conflictos a través del diálogo.
Una de las diferencias de China y EE.UU. es sobre Taiwán. Territorio que Pekín considera suyo y pide respetar el principio de una sola China. Además, acusa a EE.UU. de envalentonar a los independentistas, conduciendo a una situación peligrosa. Incluso, el presidente estadounidense, Joe Biden aseguró, hace una semana, que intervendría militarmente para defender a Taiwán si China intentaba tomarlo por la fuerza.