Andrew Bailey, gobernador del Banco de Inglaterra, el banco central británico, ha alertado sobre la "gran preocupación" que supone el aumento de los precios de los alimentos tanto para el Reino Unido como para otros países.
"Esa es una preocupación muy, muy importante y no es solo una preocupación importante para este país. También hay una preocupación importante para el mundo en desarrollo", declaró el funcionario, quien pidió perdón "por ser apocalíptico", reiterando que se trata de "una gran preocupación".
Bailey señaló que el conflicto ucraniano está afectando al suministro mundial de alimentos, especialmente de trigo y aceite de cocina. Asimismo, alertó de que un "choque de ingresos muy grande" por el aumento de los precios en los bienes globales afectaría a la demanda de los hogares y aumentaría el desempleo, al tiempo que admitió sentirse "impotente" ante el aumento de la inflación.
Así, los precios mundiales del trigo ya han subido un 25 % en las últimas seis semanas al calor del conflicto. Para el gobernador, estos encarecimientos, junto con los de la energía, tendrán un efecto mucho mayor que cualquier aumento en las tasas de interés.
La inflación se ha disparado en Reino Unido hasta su punto más alto en los últimos 30 años, hasta alcanzar el 7 % en marzo, aunque se espera que las cifras de abril, que se conocerán a finales de esta semana, sean aún más dramáticas.
Así, el Banco de Inglaterra ya ha avisado de que la inflación podría alcanzar el 10 % este otoño, aunque Bailey ha insistido en que este rebasamiento de la meta del 2 % se debe fundamentalmente a factores relacionados con los precios globales, sobre todo energéticos, y no a factores internos.
El gobernador del Banco de Inglaterra hizo estas declaraciones durante su comparecencia ante el Comité Selecto del Tesoro este lunes, en un momento en el que el Gobierno británico se encuentra bajo una gran presión por el alza del coste de la vida.
Este escenario está provocando que los hogares recorten sus gastos, afectando de esta manera al crecimiento económico del país.
De hecho, desde el regulador se espera que durante el cuarto trimestre del año la economía del Reino Unido se contraiga. La misma previsión maneja con respecto a 2023, cuando estima que la economía británica podría experimentar algún trimestre con crecimiento 0, o incluso decrecer un 0,25 %, en lugar de crecer el 1,25 % que se estimaba con anterioridad, según recoge el Informe de Política Monetaria de mayo de la institución.
Por el momento, el banco central ha optado por subir las tasas de interés como medio para intentar frenar la escalada de los precios. Así, recientemente se aprobó el aumento al 1 % desde el 0,75 %, de manera que, tras la cuarta subida consecutiva desde diciembre, se sitúa en su nivel más alto desde 2009.