La Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió que la crisis alimentaria que atraviesa Sudán se agravará en los próximos meses hasta duplicar la población que enfrenta situaciones de hambruna. Según sus pronósticos, para septiembre próximo habrá más de 18 millones de personas afectadas por la problemática.
"Hay señales preocupantes de que el acceso, la asequibilidad y la disponibilidad de alimentos se están reduciendo para la mayoría de las personas en Sudán, lo que está empujando a más personas a la pobreza y el hambre", dijo Eddie Rowe, representante en el país africano del Programa Mundial de Alimentos (WFP por su sigla en inglés).
De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para los Alimentos y la Agricultura (FAO) y el WFP, esta crisis se volverá aún peor debido a una combinación de factores. Uno de ellos refiere a los desplazamientos internos, como los derivados de los conflictos en Darfur y en la región de Kordofan, que han dañado lugares de cultivo y provocado un desempleo generalizado.
Por eso se estima que la producción local de cereales en la temporada agrícola 2021-2022 alcance los 5,1 millones de toneladas métricas, lo que cubriría las necesidades de menos de dos tercios de la población.
Otros factores que complican este cuadro son la crisis económica y la depreciación de la libra sudanesa, lo que se agrava por el aumento del precio de los alimentos y del transporte derivado del conflicto en Ucrania. Como Sudán depende de la importación de trigo proveniente de la región del mar Negro, la interrupción del flujo redoblará los incrementos. En la actualidad, el costo por tonelada es de 550 dólares, 180 % más de lo que se pagaba el año pasado.
En este sentido, Babagana Ahmadu, representante de la FAO en Sudán, señaló que "el aumento de los precios de los alimentos y la escasez de insumos agrícolas esenciales, como fertilizantes y semillas, significan que los agricultores no tienen otra opción que abandonar la producción de alimentos si no reciben apoyo inmediato". Agregó que "esto probablemente tendrá graves consecuencias no solo para su seguridad alimentaria, sino también para la disponibilidad de alimentos en Sudán", lo que "en última instancia puede conducir a más conflictos y desplazamientos".
Por su parte, Rowe añadió que esta combinación de factores derivará en que más familias tengan dificultades para acceder a las comidas básicas, ya que "para millones" se convertirán en "un lujo". Además, lamentó que el WFP no tenga los recursos necesarios para atender todas las necesidades.
En tanto, la FAO, que en 2021 asistió a 1,5 millón de personas en Sudán, estimó que para este año necesitará 51,4 millones de dólares para ayudar a dos millones de familias dedicadas a la agricultura y el pastoreo.