El secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, insistió el miércoles en que su país tiene como objetivo poner fin a la operación militar que lleva a cabo Rusia en Ucrania desde el 24 de febrero y no prolongarla.
El jefe de la diplomacia estadounidense adujo que introducir militares o pilotos norteamericanos en Ucrania de cualquier forma conducirá a un conflicto directo entre Estados Unidos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia.
“Y eso ampliaría el conflicto; lo prolongaría; lo haría mucho [...] más letal de lo que ya es. Y eso no sería de interés para nuestros países ni para Ucrania”, subrayó Blinken en una conferencia de prensa conjunta con la canciller británica, Elizabeth Truss.
A su vez, Truss también rechazó la creación de una zona de exclusión aérea sobre Ucrania y consideró que esto allanaría el camino para “una confrontación directa” entre la Alianza Atlántica y Rusia.
“Eso no es lo que estamos considerando. Lo que buscamos es asegurarnos de que los ucranianos puedan defender su propio país con la mejor selección posible de armas antitanque y sistemas de defensa antiaérea”, remarcó.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha instado varias veces al Occidente a establecer una zona de exclusión aérea sobre su país para evacuar a los civiles durante la operación militar de Rusia. Sin embargo, la OTAN ha rechazado esta petición aduciendo que provocaría un conflicto directo con Rusia y, por consiguiente, una “guerra total en Europa”.
Al respecto, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, advirtió el sábado a los occidentales de que Moscú considera como una participación en el conflicto armado cualquier intento de imponer una zona de exclusión aérea en Ucrania.