Pablo va a Éfeso 19:1-10

Mientras Apolo estaba en Corinto, Pablo cruzó la región montañosa y llegó a la ciudad de Éfeso. Allí encontró a algunos que habían creído en el Mesías, y les preguntó:
¿Recibieron el Espíritu Santo cuando creyeron?
Ellos contestaron: No. Ni siquiera sabemos nada acerca del Espíritu Santo.
Pablo les dijo: ¿Por qué se bautizaron ustedes?
Ellos contestaron: Nos bautizamos por lo que Juan el Bautista nos enseñó.
Pablo les dijo: Juan bautizaba a la gente que le pedía perdón a Dios. Pero también le dijo a la gente que tenía que creer en Jesús, quien vendría después de él.
Cuando ellos oyeron eso, se bautizaron aceptando a Jesús como su Señor.
Pablo puso sus manos sobre la cabeza de esos doce hombres y, en ese momento, el Espíritu Santo vino sobre ellos. Entonces comenzaron a hablar en idiomas extraños y dieron mensajes de parte de Dios.
Durante tres meses, Pablo estuvo yendo a la sinagoga todos los sábados. Sin ningún temor hablaba a la gente acerca del reino de Dios, y trataba de convencerla para que creyera en Jesús. 
Pero algunos judíos se pusieron tercos y no quisieron creer, al contrario, comenzaron a decirle a la gente cosas terribles acerca de los seguidores de Jesús. Al ver esto, Pablo dejó de reunirse con ellos y, acompañado de los nuevos seguidores, comenzó a reunirse todos los días en la escuela de un hombre llamado Tirano.
Durante dos años, Pablo fue a ese lugar para hablar de Jesús. Fue así como muchos de los que vivían en toda la provincia de Asia escucharon el mensaje del Señor Jesús. Algunos de ellos eran judíos, y otros no lo eran.