La variante ómicron del coronavirus se propaga rápidamente por el planeta y ya tiene presencia en 38 países. Mientras tanto, los expertos todavía tratan de determinar cuán grave es la enfermedad que transmite y si las vacunas existentes pueden protegernos de ella.
La primera detección de la ómicron fue anunciada por las autoridades sanitarias de Súdafrica el pasado 25 de noviembre. No obstante, el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos comunicó este martes que posiblemente esa variante había llegado ya antes a su país.
Alarmados por la aparición de la nueva amenaza, una serie de países se apresuraron a tomar medidas y, en un intento de impedir que llegara a sus territorios nacionales, restringieron vuelos desde la región del sur de África.
A pesar de esto, la variante ya fue confirmada en 38 países, informaron este viernes desde la OMS.
Este lunes, la OMS calificó de "muy alto" el riesgo general y a nivel global por tal motivo.
La ómicron dispone de una gran cantidad de mutaciones, de las cuales más de 30 se encuentran en la zona que codifica la proteína espiga, que le permite unirse a las células humanas. Este componente del virus es el objetivo principal de los anticuerpos que se producen para combatir la infección. Por eso, los científicos temen que tales cambios pueden haber hecho el virus más transmisible y debilitar el efecto de las vacunas.
Maria Van Kerkhove, epidemióloga encargada en la OMS de la gestión de la pandemia, declaró este viernes que "hay indicios" de que la nueva variante puede tener una mayor transmisibilidad, aunque, matizó, hay que revisar la información al respecto. En ese contexto, subrayó que la delta sigue siendo la dominante en todo el mundo.
En cuanto a los síntomas de la ómicron, médicos sudafricanos señalaron que los pacientes presentaban manifestaciones más leves que en caso de la delta, entre ellas tos, dolores corporales y de cabeza y fatiga, recoge Financial Times.
Entre tanto, el portavoz de la organización, Christian Lindmeier, dijo que todavía no se ha registrado muertes por causa de la más reciente variante.
Un nuevo estudio realizado en Sudáfrica sugiere que la variante tiene una mayor capacidad para provocar la reinfección con covid-19 en personas que se han recuperado de la enfermedad. El análisis se basa en información sobre casi 2,8 millones de infecciones detectadas en Sudáfrica, y entre ellas más de 35.000 recontagios. Los datos provienen del sistema de salud del país y fueron colectados entre el 4 de marzo de 2020 y 27 de noviembre de 2021.
De acuerdo con la investigación, que fue publicada este jueves en el portal de preimpresión medRxiv, la posibilidad de recontagiarse con la ómicron es aproximadamente 2,4 veces mayor, en comparación con otras variantes detectadas.
La investigación analizó solo el funcionamiento de la inmunidad natural y no proporciona información sobre cuán efectivas puedan ser las vacunas existentes contra el coronavirus.
Dado que no hay datos seguros sobre la eficacia de las vacunas contra la ómicron, los creadores de los fármacos anticovid empezaron a modificarlos para lograr que protejan también en ese caso.
Al mismo tiempo, algunos expertos destacan la necesidad de utilizar una inyección de refuerzo para aumentar la inmunidad del organismo. En ese sentido se pronunció previamente, esta semana, el epidemiólogo jefe de EE.UU., Anthony Fauci, al referirse a la detección del primer caso de la nueva variante en territorio estadounidense. En su opinión, la definición de 'vacunación completa', que hasta ahora ha significado una inoculación con dos dosis, podría cambiarse e implicar tres inyecciones.