El primer ministro británico Boris Johnson ha reconocido este sábado en una conferencia de prensa que la nueva cepa del coronavirus Ómicron es capaz de "propagarse entre las personas que han recibido dos dosis de la vacuna" y se transmite entre la población "muy rápido".
El hecho de que la nueva variante, caracterizada por una alta cantidad de mutaciones, infecta también a los vacunados ya se observó en Sudáfrica, donde actualmente se administran tres vacunas, las de Pfizer, AstraZeneca y Johnson & Johnson.
Sudáfrica fue el primer país en notificar a la Organización Mundial de la Salud sobre la aparición de la cepa B.1.1.529. a principios de noviembre, y los científicos temen que sus numerosas mutaciones parecen contribuir a una mayor evasión de la respuesta inmunitaria, permitiéndole al virus esquivar la protección de no solo los anticuerpos, sino también las células T, aunque estas suposiciones aún no han sido confirmadas.
En el Reino Unido por el momento se han registrado dos casos de contagio con Ómicron: uno en Brentwood (Essex) y otro en Nottingham. Se cree que ambos casos están vinculados con un viaje al sur de África.
En opinión de Johnson, la respuesta clave ante la aparición de la nueva variante del coronavirus debe ser el aumento de las restricciones en la frontera para ganar tiempo, aunque esta vez el Reino Unido se encuentra "en una posición mucho, mucho más fuerte" debido a la disponibilidad de las vacunas. "Estoy absolutamente seguro de que esta Navidad va a ser considerablemente mejor que la anterior", manifestó.
Entre las medidas adoptadas por el Gobierno británico figuran las pruebas PCR obligatorias para todos los viajeros que ingresen al país, que deben ser realizadas para el segundo día tras la llegada, así como el autoaislamiento por diez días en el caso de un contacto cercano con alguien que dio positivo por Ómicron. Además, será obligatorio el uso de mascarillas en el transporte público y en las tiendas.