En principio, el demonio sólo interviene cuando se le invoca. Esas formas de adivinar el futuro en que no se invoca a fuerzas ocultas, ni a seres espirituales desconocidos, no son demoníacas. Son prácticas supersticiosas, pero no demoníacas. Si bien los que practican tales supersticiones sentirán cada vez más la tentación de invocar tales fuerzas y seres desconocidos.
No hace falta decir que si el futuro no es posible conocerlo ni invocando a los demonios, mucho menos con esas prácticas de astrología, cartomancia, etc. Los mismos que practican esas supercherías son la prueba viviente de que por ese medio no se puede obtener ningún beneficio. Los únicos que sí que suelen obtener algún beneficio de tales adivinaciones, son los embaucadores profesionales que son los primeros en no creer en ellas y que saben dosificar sus predicciones para no pillarse los dedos.