El Ejército yemení, que cuenta con el apoyo del movimiento popular Ansarolá, tomó el control de la región de Naja, en la provincia de Marib (centro-oeste), luego de feroces enfrentamientos con militantes patrocinados por Arabia Saudí, según informaron el viernes las fuentes yemeníes citadas por Press TV.
Las tropas también sitiaron el distrito de Jabal Murad y están a punto de iniciar negociaciones con los líderes tribales locales para la liberación del área, agregaron.
Decenas de militantes del partido Islah, que ocupa Marib y está vinculado al grupo terrorista Al-Qaeda, han huido de la zona a las provincias vecinas en medio de los avances de las fuerzas yemeníes y combatientes de Ansarolá.
Las fuentes militares yemeníes han informado este sábado de una dura derrota infligida en la zona de Naja a los mercenarios apoyados por la llamada coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen.
De hecho, los militantes estaban intentando retomar la zona recién liberada de Naja, pero fracasaron y se vieron obligados a retirarse con 25 muertos y 35 heridos.
Fuentes militares han dicho que el Ejército y los comités populares con sus unidades de francotiradores y antitanques lograron estabilizar sus posiciones en el área de Naja después de su liberación.
La importancia estratégica de Marib para todas las partes del conflicto no se discute, ya que hay mucho en juego. Si el Ejército yemení y comités populares logran hacerse con el control de la gobernación de Marib, la coalición saudí sufrirá un golpe del que no podrá recuperarse.
Este posible logro alterará fundamentalmente la posición política del expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi en Yemen en un momento en que se están produciendo otros cambios políticos regionales importantes. En resumen, el resultado de la guerra de Marib, en muchos aspectos, decidirá el destino de Yemen en los próximos años.
Sin duda, conquistar esta ciudad mejoraría en gran medida la influencia de Ansarolá en las conversaciones intrayemeníes una vez que se reinicien.
Marib se erige tanto como el último bastión norteño del gobierno de Hadi desde el que se puede recuperar la capital de Yemen, Saná, y como un muro para bloquear los avances del Ejército yemení y los combatientes de Ansarolá hacia las gobernaciones de Hadramawt y Shabwa, ricas en petróleo.