Evangélicos en Suiza defienden el derecho del niño a tener padre y madre

Suiza celebra varios referendos cada año en los que la población del país centroeuropeo tiene derecho a decidir sobre todo tipo de cuestiones. No obstante, el voto “Ehe für alle ” (“Matrimonio para todos”) ha sido una de las iniciativas legales que ha dado lugar a una conversación social más amplia en los últimos años.
Las uniones civiles entre parejas del mismo sexo ya son legales en el país, pero la mayoría del parlamento nacional ahora está pidiendo a la población que iguale los matrimonios heterosexuales y homosexuales y legalice la donación de esperma para parejas lesbianas y un derecho de adopción extendido para parejas formadas por homosexuales hombres.
Las encuestas en el país esperan que la mayoría vote ‘sí' este 26 de septiembre, pero la campaña que se ha generado para detener la ley incluye a un amplio grupo de políticos, incluyendo al mayoritario SVP (derecha) el menor CVP (Demócrata-Cristianos), el EVP y EDU (estos dos últimos son partidos evangélicos).
“Niños a la carta”, se lee en los folletos publicitarios de la campaña del ‘no’. “El Matrimonio para Todos esta vinculado a la donación de esperma para parejas lesbianas, y con ello cruza la línea roja: conduce a hijos sin padre y sienta las bases de un supuesto derecho a tener hijos”, dicen.
Quienes piden un “no” también argumentan que leste tipo de procreación médicamente asistida solo era posible en Suiza hasta ahora en el caso de infertilidad o cuando existía el riesgo de transmitir una enfermedad incurable al bebé. Este ya no sería el caso de las parejas homosexuales. Además, cambiar la definición de matrimonio solo debería ser posible mediante un cambio de la Constitución suiza, añaden.
Los partidos políticos y los grupos sociales que abogan por el voto del ‘sí’ dicen que es necesario legalizar el creciente número de parejas del mismo sexo que han buscado la procreación asistida fuera de Suiza.
También argumentan que el concepto de matrimonio debería incluir una diversidad de familias. Otros han expresado que quienes se oponen a la ley propuesta “son personas que directamente preferirían que las familias arcoíris no existieran en nuestro país”.
Si se aprueba el referéndum, los hijos de parejas de lesbianas solo tendrían derecho a conocer a su padre biológico cuando cumplan 18 años.
En un debate en la televisión nacional SF1, el secretario general de habla alemana de la Alianza Evangélica Suiza (SEA), Marc Jost, dijo que la ley debe ser evaluada desde la perspectiva de los niños y su necesidad de tener, siempre que sea posible, los dos sexos representados en sus padres.
En una conversación que también incluyó a parlamentarios, un obispo católico, una madre lesbiana de dos hijos y una pastora protestante teológicamente liberal, Jost rechazó el argumento de que su posición solo era válida para personas que se adhieren a una posición bíblica, y agregó que desde un punto de vista pedagógico y desde una perspectiva social, los niños prosperan mucho más en hogares heterosexuales estables.
La Alianza Evangélica Suiza (SEA) se ha comprometido fuertemente con este debate e incluso ha lanzado su propia campaña. Para esta organización que incluye grupos evangélicos libres e iglesias protestantes conservadoras, no hay duda de que “la discriminación, el odio o incluso la violencia contra los homosexuales chocan con la fe cristiana y el mandato de amar y respetar el valor y la dignidad de cada persona”.
Pero el referendum no va primariamente sobre la voluntad de los adultos LGBT, argumentan, porque las parejas del mismo sexo ya pueden crear uniones civiles en Suiza. La iniciativa “Matrimonio para Todos” es ahora principalmente una cuestión de derechos de los menores y se deben “poner el foco en la perspectiva de los niños”.
“No existe el derecho a tener un hijo, son los niños los que tienen derecho a que los adultos creemos el mejor ambiente para ellos”, dice la Alianza, agregando que “los hombres son los mejores padres y las mujeres somos las mejores madres, y este es un ideal que no deberíamos abandonar frívolamente”.
No tener padre o madre “impacta a los niños en su búsqueda de identidad”, dicen, y por eso “no debemos construir las bases de una sociedad sin padres”.
Una “nueva definición de matrimonio” que ya no diferencia entre parejas heterosexuales y homosexuales solo muestra una falta de comprensión de las principales diferencias en áreas como la “reproducción de la humanidad” y sus efectos en el “cuidado económico y social de nuestros padres y abuelos”.
El organismo evangélico también cita la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que en su artículo 7.1 dice que un niño tiene derecho, siempre que sea posible, a conocer y ser cuidado por sus padres.