Estamos dando comienzo a un estudio de los primeros cuatro libros del Nuevo Testamento, cada uno de los cuales lleva el nombre de su autor:
1.- Mateo, antiguo recolector de impuestos y apóstol de Jesús.
2.- Marcos, el Juan Marcos del libro de Hechos y joven predicador de la era apostólica.
3.- Lucas, el médico que acompañó a Pablo en varios de sus viajes misioneros, incluyendo el viaje a Roma.
4.- Juan, antiguo pescador, también conocido como el apóstol amado.
Más adelante en esta edición haremos un análisis por separado de cada uno de los libros (Mateo, Marcos, Lucas y Juan), pero antes nos conviene considerar el conjunto de ellos.
CUATRO RELATOS DE UNA MISMA HISTORIA
A los libros de Mateo, Marcos, Lucas y Juan se les llama a menudo los cuatro evangelios, pero en realidad son cuatro relatos de un solo evangelio.1
A los tres primeros libros se les llama por lo general los evangelios sinópticos. La palabra sinóptico combina dos palabras griegas, una que significa juntos, y otra que significa ver u observar. Sinóptico significa, por lo tanto, ver juntos.
A los primeros tres libros se les ha dado la designación de evangelios sinópticos porque las visiones de Jesús que presentan son parecidas. Es probable que los tres se escribieran antes de la destrucción de Jerusalén, en el año 70 d. C.
Al libro de Juan se le llama a veces el evangelio autóptico = ver por sí mismo2 porque aborda el material de un modo bastante diferente de los otros tres. Es probable que el relato de Juan se escribiera después de los otros tres, en la última década del siglo I.
En la Galería Nacional de Londres hay tres representaciones en un mismo lienzo, de Carlos I. En una de ellas su cabeza mira hacia la derecha; en otra, hacia la izquierda; y en la del centro se le presenta de rostro entero. La anterior producción tiene su historia: Van Dick pintó las tres imágenes para Bernini, el escultor romano, con el fin de que, ayudado por ellas, este pudiera hacer un busto del rey. Al combinar las impresiones recibidas de esa manera, Bernini estaría en mejor capacidad de producir una viva imagen. Un solo punto de vista no hubiera sido suficiente.
Puede que los evangelios hayan tenido el mismo propósito de estos rePratos. Cada uno presenta un aspecto diferente de la vida que vivió el Señor sobre la tierra. Los cuatro son necesarios para captar el cuadro completo. Él era Rey, pero también era el Siervo Perfecto.
Era el Hijo del Hombre, pero no debemos olvidar que también era el Hijo de Dios3
Era el Hijo del Hombre, pero no debemos olvidar que también era el Hijo de Dios3
1 Fue a partir de los siglos II y III que se empezó a usar el término evangelios para referirse a los cuatro primeros libros del Nuevo Testamento. Yo prefiero usar la frase relatos del evangelio, pero no tengo ninguna objeción al uso que hagan otros de evangelios como término técnico.
2 La palabra autóptico también puede dar la idea de testigo presencial.
3 C. Mears, What the Bible Is All About (Todo acerca de la Biblia) (Glendale, Calif.: Gospel Light Publications, 1966), 348
¿POR QUÉ CUATRO RELATOS?
¿Por qué nos dio Dios cuatro libros que abarcan el mismo período de tiempo, y la misma historia?
En las Escrituras hay otros períodos de tiempo abarcados por más de un libro (muchos eventos que se comienzan a narrar en 1o Samuel, y se terminan en 2da Reyes, son eventos de los cuales también se informa en 1ra y 2da Crónicas); sin embargo, que haya cuatro relatos de una misma historia, es algo fuera de lo corriente.
Al principio de la historia de la iglesia, los hombres especularon acerca de por qué había cuatro relatos. Una conjetura era que cuatro es el número [simbólico] del hombre. En realidad no sabemos por qué Dios decidió este número en particular, pero el hecho de que inspiró múltiples relatos indica varias posibles razones:
1) Cuatro relatos demuestran cuán importante es la historia de Jesús.
2) Cuatro relatos dejan patente la necesidad de autenticar la historia de Jesús. Moisés dijo que por el testimonio de dos o tres testigos se confirmará un asunto (Deuteronomio 19.15b; énfasis nuestro). La confirmación de cuatro testigos es aún mejor.
3) La existencia de cuatro relatos revelan la multifacética naturaleza de Jesús. Un solo autor no hubiera bastado para captar todas Sus facetas.
COMPARACIÓN DE LOS CUATRO RELATOS
Los cuatro relatos tienen el mismo propósito fundamental, que es dar a conocer a Jesús, pero cada uno fue escrito desde un punto de vista ligeramente diferente, y esto, con el aparente propósito de atraer diferentes clases de personas.
En la tabla que se presenta a continuación, se hace una comparación de los cuatro relatos. En apariencia, Mateo escribió primordialmente para los judíos. Citó más de un centenar de pasajes antiguotestamentarios, y usó expresiones conocidas para los judíos, tal como hijo de David (Mateo 1.1).
Presentó a Jesús como un Rey que vino a establecer Su reino; la palabra reino aparece cincuenta y cinco veces en el libro. Puso énfasis especial en Jesús como el Mesías, y escribió acerca de Sus enseñanzas, Su reino y Su autoridad.5 A diferencia de Mateo, Marcos parece haber escrito para un público no judío. Eliminó asuntos de poco interés para los gentiles, tales como las genealogías. Cuando mencionó la tradición judía, por lo general la explicó. Muchos autores creen que Marcos se estaba dirigiendo a un público romano;6 en algunar ocasiones usó frases en latín en relatos donde los demás autores usaron frases griegas. Según Clemente de Alejandría (h. 150– 215 d. C.), Marcos recibió una solicitud de los cristianos de Roma en la que le pidieron poner por escrito la vida de Cristo, tal como la oyó de Pedro.
Marcos parece haberse interesado más por lo que Jesús hizo, que por lo que enseñó. Presentó a Jesús como un Siervo, que ayudaba a los demás (Marcos 10.45). Recalcó los milagros de Jesús porque en estos se podían apreciar el amor y el cuidado del Señor por las personas.
Al igual que Marcos, Lucas aparentemente escribió para una audiencia no judía. No obstante, si bien el relato de Marcos parece dirigido a los romanos amantes de la acción, el de Lucas parece haberse escrito para el intelectual, el estudioso.
Muchos han concluido que Lucas tenía un público griego en mente. Su relato presenta a Jesús como el Hijo del Hombre (Lucas 19.10) y recalca principalmente Su humanidad perfecta.
Es probable que el relato de Juan se escribiera después de los otros tres, y tiene su propio énfasis especial. Se habían originado conceptos erróneos acerca de la naturaleza de Jesús, los cuales causaban confusión entre los creyentes. Juan presentó a Jesús como el Hijo de Dios (Juan 20.31) e hizo énfasis en Su deidad.
Podríamos decir que Mateo tiene atractivo especial hoy día para el estudioso de la Biblia, y que Marcos tiene atractivo especial para la persona media, incluyendo a los hombres de negocios, mientras que Lucas atrae especialmente a eruditos, pensadores, idealistas y buscadores de la verdad. Por otro lado, a Juan se le ha llamado «el evangelio universal», que atrae a todas las personas de todos los tiempos.
Además, podríamos decir que Mateo tuvo como propósito presentar a Jesús como el Salvador prometido; Marcos, como el Salvador poderoso; Lucas, como el Salvador perfecto; y Juan, como el Salvador personal. Al hacer estas distinciones, no obstante, no debemos perder de vista el hecho de que el propósito fundamental de cada libro es el mismo: ¡Dar a todos los hombres el conocimiento de Jesús!
LO QUE ABARCAN LOS CUATRO RELATOS
A veces se aplica el término biografía a los relatos del evangelio; sin embargo, en el sentido estricto de la palabra, estos cuatro libros no son biografías. Son, más bien, narrativas didácticas. (La palabra didáctica proviene de una palabra griega, y significa principalmente enseñanza.)
He aquí algunas razones por las que decimos que los relatos no son verdaderas biografías:
1) No se proponen en modo alguno abarcar la totalidad de la vida de Jesús. Los primeros treinta años se fueron casi en blanco, mientras que una tercera parte del texto de los cuatro relatos se ocupa de un único evento (la muerte de Jesús). No tenemos constancia de evento alguno de la vida de Jesús entre los años doce y treinta. Si alguien estuviera escribiendo la historia de mi vida y dejara por fuera el período entre los años doce y treinta, no habría indicación de cómo conocí a mi esposa, o por qué decidí dedicarme a la predicación, y no habría constancia de mi matrimonio, ni del comienzo de mi trabajo, ni del nacimiento de mis hijos. ¡Sería, en efecto, un extraño resumen biográfico!
2) Aunque los relatos usan fundamentalmente un enfoque cronológico —nacimiento, niñez, bautismo, ministerio, muerte y resurrección— la cronología no siempre fue importante para los autores. A menudo agruparon eventos para recalcar ciertas verdades.
3) Ninguno de los autores describió la apariencia física de Jesús. ¿Habrá algún biógrafo que no haga esto?
En vista de que los cuatro libros son narrativas didácticas, que no se ocupan en gran manera de la cronología, es difícil formar con los cuatro relatos una sola narrativa (una armonía). Sin embargo, como se mencionó anteriormente, puede tener valor hacer el intento. La tabla de la página le dará a usted una idea de la contribución que hace cada uno de los cuatro libros a la historia combinada de Jesús.
Note que los relatos sinópticos presentan básicamente el mismo material, mientras que el relato de Juan presenta principalmente material adicional. Aun cuando abarcan los mismos períodos, Juan por lo general presenta información diferente de la que se encuentra en Mateo, Marcos y Lucas.
El relato de Juan omite el nacimiento de Jesús, el bautismo y la tentación de Jesús, el sermón del monte, todas las parábolas, la transfiguración, la institución de la cena del Señor, la angustia sufrida en Getsemaní, que son todos abarcados en los evangelios sinópticos.
Aparte de la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesús, solo unos pocos eventos se mencionan en todos los cuatro relatos. Cuando todos los cuatro libros se refieren a un evento, eso es digno de notar; ese evento debió de haber tenido especial importancia.
VARIACIONES DE LOS CUATRO RELATOS
Cuando uno empieza a darle forma a una armonía del evangelio, pronto se nota que existen variaciones entre relatos de un mismo evento. ¿Cómo se pueden explicar estas variaciones?
En la mayoría de los casos, un relato sencillamente complementa a otro. Considere la historia de la unción que recibió Jesús en Betania. En el relato de Mateo (Mateo 26.6–13), Jesús estaba en Betania, en la casa de Simón el leproso, cuando una mujer cuyo nombre no se menciona, entró con un vaso que contenía un precioso perfume, y ungió a Jesús, acto que resultó en que Sus discípulos expresaran su desaprobación. El relato de Marcos (Marcos 14.3–9) es muy parecido, pero se añaden algunos detalles: El perfume era de nardo puro, la mujer quebró el vaso, y el perfume tenía un valor de trescientos denarios.9 El relato de Juan (Juan 12.1–8) da otros detalles, entre los cuales se incluyen estos: Jesús estaba en un banquete que se había ofrecido en Su honor; Marta estaba sirviendo la comida; Lázaro también era invitado de honor; la mujer que ungió a Jesús fue María, hermana de Marta; y el que comenzó la crítica fue Judas Iscariote. Es obvio que estos detalles no tienen nada de contradictorios, sino que son complementarios.
Se ha hecho notar que cuando los testigos de un suceso dan detalles complementarios, esto no desacredita su testimonio, sino que demuestra su veracidad.
El Dr. [Henry] Van Dyke dijo: «Si ante un juez comparecieran cuatro testigos para informar de cierto evento, y si cada uno contara exactamente la misma historia con las mismas palabras, es probable que el juez concluyera, no que el testimonio de ellos fue extraordinariamente valioso, sino que el único evento cierto, más allá de toda duda, fue que se pusieron de acuerdo para contar la misma historia. Pero si cada hombre hubiera dicho lo que vio, tal como lo vio, la prueba sería creíble. Y cuando leemos los cuatro evangelios, ¿no es exactamente esto lo que hallamos? Los cuatro hombres cuentan la misma historia, y cada uno lo hace a su propia manera».
No obstante, en algunos casos, los detalles no son sencillamente complementarios; sino que diferentes. Puede que el orden de los eventos no sea el mismo, que se mencionen diferentes personas, o que varíen los números. Note, por ejemplo, la historia acerca de la sanidad que Jesús dio a uno o más ciegos, cerca de Jericó. En el relato de Mateo (Mateo 20.29–34), Jesús estaba saliendo de Jericó y dos hombres fueron sanados. En el relato de Lucas (Lucas 18.35–43), Jesús se estaba acercando a Jericó y solo se menciona a un ciego.11 ¿Cómo explicamos diferencias como estas? He aquí algunas posibilidades:
1) Existe cierta variación en los detalles, debido a la diferencia de énfasis de los autores. En el ejemplo anterior, Lucas se centró únicamente en un solo ciego, pero esto no elimina la posibilidad de que estuvieran presentes dos ciegos, y que los dos fueran sanados.
2) Puede que existan detalles diferentes porque los autores estuvieron tomando nota de eventos parecidos, pero no del mismo evento. F. LaGard Smith hizo notar: A veces es […] difícil determinar si fue que dos eventos muy parecidos ocurrieron dos veces, o si solo hubo un evento de tal clase, el cual fue puesto por escrito en un contexto algo diferente, por un autor diferente. Ejemplos de este problema son la purificación del templo, y los lamentos sobre Jerusalén.
3) Las contradicciones pueden parecer que existen cuando no conocemos todos los hechos relacionados con el caso. En relación con el ejemplo anterior, se ha explicado que estaba el sitio antiguo de Jericó, y que también estaba la nueva ciudad de Jericó. Por lo tanto, el suceso pudo haber tenido lugar cuando Jesús salía de un sitio y entraba en el otro. Los que afirman que existen contradicciones están revelando falta de conocimiento.
4) Las contradicciones pueden parecer que existen porque no entendemos algo acerca del texto original. Por años, los escépticos afirmaron que en el Antiguo Testamento había una contradicción relacionada con un pago que se hizo: Un relato se refería a una cantidad del citado pago, mientras que otro relato se refería a una cantidad diferente. Más adelante, los arqueólogos descubrieron que en aquel tiempo había dos sistemas de valoración para los metales preciosos; es probable que un autor se refería a un sistema de valoración, mientras que el segundo autor se refería al otro. De vez en cuando, la arqueología arroja
nueva luz sobre el texto. A medida que avanzamos por la historia de Jesús, haré notar algunas de las diferencias entre relatos, que más se han divulgado, y propondré posibles maneras de reconciliar las variaciones.
SEMEJANZAS ENTRE LOS CUATRO RELATOS
Debido a que creo que Dios inspiró las Escrituras (2a Timoteo 3.16–17), es de las variaciones en los relatos del evangelio de lo que me ocupo. No obstante, muchos eruditos se ocupan de las semejanzas entre los relatos del evangelio, especialmente entre Mateo, Marcos y Lucas. Tales eruditos se refieren al problema sinóptico y dedican largas jornadas al debate sobre por qué los tres libros son tan parecidos: por qué los autores usan a veces lenguaje parecido, o incluso idéntico. Luchan con preguntas como estas: ¿Copió un autor del otro?; ¿Copiaron los autores de una fuente común?.
Reconozco que no es mucha la compasión que le tengo al desconcierto de estas personas tan ilustradas. Tales semejanzas son el resultado natural de que todos los libros son inspirados por un mismo Autor: el Espíritu Santo. Al igual que en los tiempos antiguotestamentarios, los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo (2a Pedro 1.21). Si uno tiene fe en que Dios inspiró las Escrituras,13 el presunto problema sinóptico queda resuelto por la Autoría que les es común a los cuatro libros.
¡SE PUEDE CONFIAR EN LOS CUATRO RELATOS!
Los relatos de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, de la vida de Jesús, han sido considerados parte del Nuevo Testamento inspirado, desde los primeros días de la iglesia, y solamente estos cuatro relatos han sido incluidos.
A excepción de unas pocas aseveraciones fragmentarias [que se encuentran en otros libros del Nuevo Testamento] los documentos auténticos que registran la vida [de Jesús] son únicamente los evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan, que la Iglesia Cristiana ha considerado canónicos, desde el período más temprano de su historia. Aunque hubo numerosos evangelios además de estos, los cuales se propusieron hacer un recuento de los hechos relacionados con Su vida que no recogen los reconocidos cuatro relatos, los evangelios apócrifos,14 como se les llama, tienen por lo general una fecha tardía y son de dudosa fiabilidad. Tienen poca información que no sea una duplicación de la que imparten los evangelios canónicos, y mucho de lo que añaden es obviamente fantasioso y legendario. Además, a menudo revelan, por el lenguaje que usan, que fueron escritos para reforzar los puntos de vista de alguna secta en particular…
Al comenzar el estudio de la vida de Cristo, es importante entender que los cuatro relatos son dignos de toda nuestra confianza.
Uno de los más grandes abogados estadounidenses del pasado, fue Simón Greenleaf, que escribió una de las obras más importantes sobre la ley de las pruebas, que alguna vez se publicó en el idioma inglés. Su libro, A Treatise on the Law of Evidence (Un tratado sobre la ley de las pruebas), se mantuvo casi cien años sin ser superado en esa materia. Pasó por dieciséis ediciones. Cuando ya era un abogado maduro de sesenta y tres años, a tan solo siete años de su muerte, Simón Greenleaf publicó un volumen, en el cual examinó el testimonio de los cuatro evangelistas de Jesucristo. Usó las mismas leyes de las pruebas, que se emplean en los tribunales de justicia del mundo civilizado. Dijo: «Nuestra profesión nos lleva a explorar los laberintos de falsedad, para detectar sus estratagemas, para horadar sus más gruesos velos, para seguir y exponer sus sofismas, para comparar con severidad las aseveraciones de diferentes testigos, para descubrir la verdad y separarla del error».
En este libro, que llenaba 543 páginas, Simón Greenleaf llegó a la conclusión de que los evangelios son totalmente fidedignos, y de que los cuatro evangelistas no hubieran tenido la posibilidad de mentir acerca de Jesucristo, pues el testimonio de ellos suena a cierto.
Mateo, Marcos, Lucas y Juan son exactamente lo que afirman ser: ¡verdaderos relatos de la vida más grande que jamás se vivió! Usted puede apostar su vida, y su eternidad, a estos libros. Pablo lo expresó de esta manera: «Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores» (1era Timoteo 1.15a).
NOTA PARA PREDICADORES Y MAESTROS
Es necesario que usted conozca el resumen básico de la vida de Cristo, que se encuentra al lado izquierdo de la tabla de la página 4, que lleva por título «Material abarcado en los relatos del evangelio». Hay muchas maneras de resumir la vida de Cristo, pero esta es la más sencilla y la mejor. Es aconsejable que copie usted este resumen en una hoja de cartulina y la tenga a la vista en su aula. También es aconsejable que anime a sus estudiantes a memorizar este resumen.