La posteridad de Adán. Caín y Abel. Los descendientes de Set


 1. Tuvieron dos hijos varones. Al mayor lo llamaron Caín (palabra que para ser interpretada denotaría posesión). Al segundo Abel (vocablo que significa duelo). También tuvieron hijas. Los dos hermanos tenían distintas modalidades. Abel, el menor, creía en la justicia, y que Dios estaba presente en todos sus actos; por eso era virtuoso. Su oficio era el de pastor. Caín en cambio no sólo era perverso en todas las cosas sino también codicioso. Prefirió primeramente arar la tierra, y luego mató a su hermano en la siguiente ocasión. Habiendo determinado ofrecer un sacrificio a Dios, Caín llevó productos agrícolas y fruta de los árboles, y Abel leche y los primeros frutos de sus rebaños. Dios se regocijó más con este último sacrificio, porque era más honrado con lo que crecía espontáneamente en la naturaleza, que con lo que era un producto forzado de la invención de un hombre avaro. Indignado Caín porque Dios había preferido a Abel mató a su hermano y escondió el cadáver, creyendo que no sería descubierto. Pero Dios, que sabía lo que había pasado, fué hacia Caín y le preguntó dónde estaba su hermano, a quien no veía desde hacía varios días, y siempre los había observado conversando juntos. Caín vaciló, no sabiendo qué contestar a Dios. Primero dijo que él también estaba angustiado por su desaparición, pero presionado por Dios que lo interrogaba con insistencia, dijo que él no era ni el preceptor ni el guardián de su hermano, ni el observador de sus actos. Dios replicó condenando a Caín por haber asesinado a su hermano. "Es extraño, le dijo,, que no sepas qué fué de un hombre a quien tú mismo eliminaste." Por haberle ofrecido sacrificios rogándole que no extremara su ira no lo castigó y sólo lo maldijo a él y a su posteridad hasta la séptima generación; y lo expulsó con su mujer de aquella región. Como él temiera ser víctima de las fieras y perecer, le ordenó que desechara esas tristes sospechas y que recorriera la tierra sin temer ningún daño de las fieras; y poniéndole una señal para que fuera reconocido, lo mandó partir.

2. Después de haber recorrido Caín con su mujer muchos países, edificó una ciudad llamada Nod, que es una localidad de este nombre, y allí estableció su morada, y procrearon hijos. Pero él no había aceptado su castigo para corregirse sino para aumentar su maldad; porque sólo buscaba sus propios placeres, aunque con ello ofendiera al prójimo. Incrementó sus posesiones domésticas y su riqueza pecuniaria mediante la rapiña y la violencia; e invitó a sus familiares a que se entregaran a la lujuria y al latrocinio y se convirtió en conductor de hombres por las sendas de la depravación. Alteró la simplicidad de la primitiva vida de los hombres creando las medidas y las pesas; la vida inocente y generosa del hombre cuando ignoraba esas cosas se convirtió en un mundo de astucia y artería. Comenzó por trazar límites a la tierra, edificó una ciudad y la fortificó rodeándola de muros y obligó a su familia a que se concentrara en ella. Y llamó a la ciudad Enoc, nombre de su hijo mayor Enoc. Luego Jared fué el hijo de Enoc; y el hijo de éste Maruel; y el hijo de éste Matusalén; y el hijo de éste Lamec, quien tuvo setenta y siete hijos con sus dos esposas, Sila y Ada. Uno de los hijos de Ada fué Jobel, que levantó tiendas y prefirió la vida pastoral. Jubal, su hermano de la misma madre, se dedicó a la música, e inventó el salterio y la cítara. Tobel, uno de los hijos de la otra esposa, superaba a todos los hombres en fuerza y se destacó en las actividades militares; de ese modo trataba de lograr lo que producía placer corporal ; e inventó en primer lugar el arte de acicalar metales. Lamec fué también el padre de una hija llamada Noema; y como era entendido en la ciencia de la revelación divina, y supo que sería castigado por haber matado Caín a su hermano, llamó a sus esposas y se lo comunicó. Todavía en vida de Adán la descendencia de Caín, por sucesión e imitación, se fué haciendo cada vez más perversa y fueron muriendo uno tras otro cada cual más malo que el anterior; eran violentos en la guerra y apasionados para los robos. Alguno podía ser contenido para el asesinato, pero todos eran de conducta desenfrenada, injustos y ofensivos.

3. Adán, que fué el primer hombre y hecho de tierra (porque ahora debemos hablar de él), después del asesinato de Abel y la consiguiente huida de Caín, se entregó empeñosamente a procrear, poseído por un vehemente deseo de engendrar hijos. Tenía doscientos treinta años; después vivió otros setecientos años y murió 1 . Tuvo muchos otros hijos, entre ellos Set. Los demás sería fastidioso nombrarlos; sólo voy a referirme a los que salieron de Set. Cuando Set creció y llegó a la edad en que supo discernir lo que era justo, se volvió un hombre virtuoso y así como él fué un hombre de excelentes cualidades los hijos que dejó imitaron sus virtudes. Vivieron felices en la misma tierra, sin disensiones y sin sufrir infortunios hasta el día de su muerte. Fueron también los inventores de esa especie particular de sabiduría relativa a los cuerpos celestes y su orden. Y para que sus invenciones no se perdieran antes de ser ampliamente difundidas, como según la predicción de Adán todas las cosas serían destruidas primero por el fuego y luego por la violencia de una gran cantidad de agua, construyeron dos columnas, una de ladrillos y otra de piedra, e inscribieron en ellas sus invenciones; si la de ladrillos era derribada por la inundación, quedaría la de piedra para exhibir al mundo sus descubrimientos, y le informaría que había otra columna de ladrillos. Hasta el día de hoy han quedado en la tierra de Siriad.

Notas
1 En la Biblia (Gén_5:3-4), Adán es padre a los ciento treinta años y vive luego ochocientos años más.