
El primer ministro croata, socialdemócrata, Zoran Milanovic, lamentaba la situación a la salida del colegio electoral: “Aquí tenemos un referéndum triste y sin sentido. La semana que viene o la siguiente vamos a adoptar una nueva ley de parejas de hecho que va a cambiar las cosas de forma positiva. Espero sinceramente que sea la última vez que tenemos que votar una cuestión parecida.”
Las encuestas son claras al respecto: entre un 60 y un 70 por ciento de los croatas votará a favor de la reforma que blinda el llamado matrimonio tradicional. El Gobierno quiere cambiar la ley de referéndum para que los derechos de las minorías no puedan ser votadas en sufragio directo.
Desde hace semanas los activistas de la comunidad homosexual se han movilizado para tratar de darle la vuelta a la tendencia, pero en la conservadora Croacia los colectivos católicos que están detrás de la consulta lo tuvieron mucho más fácil para recoger 750.000 firmas y forzar al Parlamento a convocar esta votación.