El Ministerio de Industrias Primarias de Nueva Zelanda está investigando las causas que provocaron la muerte de alrededor de 3.500 anguilas jóvenes en el arroyo Kauritutahi, en el borde septentrional de la Isla Norte del país, recogen medios locales.
Se trata de la segunda muerte masiva de anguilas en lo que va del año en Nueva Zelanda, puesto que el pasado mes de febrero se hallaron miles de ejemplares adultos sin vida en un arroyo de la ciudad de Mataura, en la Isla Sur.
En ese momento, la muerte se atribuyó a la presencia de un contaminante tóxico en la corriente de agua. Sin embargo, hasta el momento se desconoce con exactitud qué provocó la muerte de las anguilas jóvenes, también conocidas como 'angulas'.
Las autoridades ambientales sugieren que un "evento estresante" que estaría vinculado con el cambio climático pudo haber sido el causante de la muerte de los peces. Las angulas se desarrollan en entornos acuáticos donde la temperatura oscila entre 16 y 18 grados centígrados, junto con buen flujo del agua y niveles de oxígeno disuelto de 7 a 8,5 miligramos por litro.
Los informes revelaron que, tras tomar mediciones un día después de que se descubrieran las anguilas muertas, ninguno de los parámetros en el arroyo Kauritutahi estaba dentro de sus valores habituales. También se identificó una acumulación de algas en ciertas secciones del arroyo, lo que indicaba que el agua se estaba calentando.
De acuerdo con la especialista Hona Edwards, "el mayor porcentaje de la corriente oscilaba entre un flujo de agua muy limitado y nulo", lo que ocasiona que el nivel de oxígeno disuelto disminuya y las toxinas se acumulen en el arroyo. "Es una señal para que todos hagamos lo que podamos para mejorar la salud de nuestras vías fluviales en Nueva Zelanda para evitar situaciones como estas", concluyó Edwards.
El portal Science Alert explica que ocasionalmente se producen muertes masivas de peces de agua dulce alrededor del mundo. Sin embargo, recalca que un estudio realizado en lagos de los estados estadounidenses de Minnesota y Wisconsin expuso que estos incidentes han aumentado en la última década.
A pesar de que estos sucesos se reportan como eventos aislados, Science Alert señala que parecen compartir patrones similares que estarían relacionados con perturbaciones ambientales provocadas por los humanos, entre las que destacan la reducción de los flujos de agua debido al uso agrícola y la sequía, el incremento de nutrientes provenientes de los contaminantes y el aumento de las temperaturas.