La clínica de Frankenstein

Una clínica estadounidense se convirtió en objeto de debate por parte de algunos grupos de expertos que consideran que las cirugías experimentales y no convencionales que realiza representan un peligro para la salud, informó este sábado el diario británico Daily Mail.
Se trata del Centro Crane para Cirugía Transgénero, en la ciudad texana de Austin. El establecimiento, dirigido por el doctor Curtis Crane, se especializa en procedimientos no estándar para personas que se identifican como no binarias, es decir, que no se definen ni como hombre ni como mujer.
Entre las cirugías que ofrece el Centro Crane se encuentran la implantación de pene o de vagina, así como la extirpación completa de los órganos sexuales. Los críticos de este último procedimiento señalan que se trata de aparentar tener los genitales "como los de una muñeca Barbie"".
Jay Richards, de la organización Heritage Fundation, indica que "es tentador comparar las clínicas dedicadas a estos macabros procedimientos con el laboratorio de Frankenstein", aunque opina que esta comparación "sería poco caritativa con el doctor Frankenstein", protagonista de la novela de la escritora británica Mary Shelley.
Richards explica que estas cirugías iniciaron en un intento de "hacer que los hombres parecieran mujeres y viceversa". Sin embargo, considera que los procedimientos quirúrgicos "no binarios y de anulación revelan pura locura de la ideología de género". Los expertos califican las nuevas cirugías no binarias de "experimentales", puesto que existen pocas investigaciones que avalen los resultados y las técnicas quirúrgicas utilizadas.
Por su parte, los grupos LGBT argumentan que este tipo de operaciones benefician la salud mental de los pacientes que se identifican como no binarios. No obstante, la directora del grupo de psicoterapeutas Genspect, Stella O' Malley, manifiesta que "las intervenciones quirúrgicas para identidades no binarias no son necesarias" y "causan más daño que bien".
"Las modificaciones corporales extremas, como la anulación, no deben llevarse a cabo simplemente porque el paciente así lo desee", sostuvo O'Malley, quien recalcó que los cirujanos "deberían estar obligados por el principio de no hacer daño", en lugar de actuar como "comerciantes" que ceden a lo que los pacientes quieran.
Según Curtis Crane, alrededor del 85 % y el 90 % de los procedimientos llevados a cabo en su clínica son cubiertos por un seguro, por lo que es necesario que se realicen exámenes psicológicos, cuyos resultados no coinciden con lo que el paciente está experimentando realmente. Sin embargo, las personas que pagan en efectivo evitan "las reglas del seguro", lo que significa que no tienen que presentar evaluaciones de salud mental o de terapia hormonal. Entre 2017 u 2019 se presentaron ocho demandas contra Curtis Crane y su clínica, debido a cirugías incorrectas o innecesarias realizadas por el médico y su equipo.