El ejército israelí ha mantenido durante dos semanas al Hospital Al-Shifa bajo fuego, lo que ha resultado en la muerte de al menos 400 palestinos, mientras los fallecidos en casi seis meses de guerra rozan los 32 800 en todo el enclave, conforme a las autoridades gazatíes.
Aseguran asimismo que Israel ha atacado 1050 viviendas en las cercanías del complejo médico Al-Shifa y ha arrestado y torturado a cientos de pacientes y desplazados. Agregan que en el interior del nosocomio, quedan 107 pacientes en condiciones inhumanas, sin agua, medicinas, comida o electricidad, incluidos 30 pacientes discapacitados y unos 60 miembros del personal médico.
Según un periodista de la AFP cerca del hospital, las tropas israelíes dispararon proyectiles para cubrir la retirada de sus tanques y abandonaron el distrito de Al Rimal hacia el suroeste de ciudad de Gaza.
Entretanto, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha informado este domingo que al menos 21 pacientes han muerto desde que el ejército israelí asediara Al-Shifa, el hospital más grande de Gaza, por segunda vez, el 18 de marzo.
“Las hostilidades continúan alrededor del hospital”, ha asegurado en X el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, citando a un sanitario que se encuentra en el hospital Al-Shifa.
Más de cien pacientes, incluidos cuatro niños y otros 28 en estado crítico, estaban atrapados dentro del hospital, con carencia de los medios necesarios para su cuidado. “Muchos tienen heridas infectadas y sufren deshidratación”, precisa el jefe de la OMS.
El jefe de la OMS ha expresado preocupación por el empeoramiento en las condiciones del hospital, y ha advertido de que se estaban propagando enfermedades contagiosas por falta de higiene y agua.
“La comida está restringida al extremo, lo cual amenaza potencialmente la vida de los pacientes diabéticos cuya condición está empeorando”, alerta.
El Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha emitido un comunicado este domingo, en el que condena el silencio de la comunidad internacional ante la catástrofe humanitaria creada por el régimen ocupante en el hospital Al-Shifa y las zonas circundantes, y responsabilizó a la comunidad internacional, y en particular a la administración estadounidense, de proveer de armas y apoyo a Israel para “continuar esta guerra genocida”.