Desde Ankara precisaron que efectuaron los ataques con el objetivo de "impedir atentados terroristas" contra el pueblo turco y garantizar la seguridad de las fronteras. "De conformidad con nuestros derechos de autodefensa derivados del artículo 51 del Tratado de las Naciones Unidas, se llevaron a cabo operaciones aéreas sobre objetivos terroristas ubicados [...] en el norte de Irak y en el norte de Siria el 15 de enero de 2024, a las 22.00 horas", reza el comunicado del organismo.
En total, "se destruyeron 23 objetivos, incluidas cuevas, búnkeres, túneles y depósitos de municiones" que, supuestamente, fueron utilizados por el Partido de los Trabajadores de Kurdistán, considerado como organización terrorista por Ankara, señala el Ministerio. Además, muchos milicianos fueron "neutralizados" durante la operación.
La escalada de la violencia comenzó el viernes, cuando nueve soldados turcos murieron en enfrentamientos con milicianos kurdos en el norte de Irak, lo que llevó a Ankara a lanzar ataques aéreos allí y en el norte de Siria.
Tras el incidente, las autoridades turcas informaron de la detención por la Policía de 16 personas por "enaltecimiento del terrorismo", así como de la "neutralización" en el norte de Irak de una integrante de alto nivel del Partido de los Trabajadores de Kurdistán.