Los pronósticos del gigante financiero JP Morgan para la economía estadounidense en 2024 evocan el mito de que una rana permanece tranquila en una olla con agua que se calienta hasta que se cuece viva, pero saltaría si se la arrojara al agua hirviendo.
Las predicciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso pintan un panorama sombrío, sugiriendo que a principios de la década de 2030 el gasto de Estados Unidos en derechos, programas obligatorios e intereses de la deuda podría superar sus ingresos totales, acercándolo a un precipicio financiero.
A medida que la cartera de deuda del Gobierno de EEUU sigue creciendo sin cesar, alcanzando la cifra sin precedentes de 34 billones de dólares, las preocupaciones de los economistas aumentan los llamamientos urgentes a la intervención.
"El problema para EEUU es el punto de partida; cada ronda de estímulo fiscal acerca a EEUU un paso más a la insostenibilidad de la deuda", afirmó el estratega de JP Morgan, Michael Cembalest.
Destacó la aparente tolerancia del mercado al deterioro de las finanzas públicas, subrayando que podría cambiar en cualquier momento.
Anticipándose a las posibles presiones del mercado y de las agencias de calificación, Cembalest afirmó que esperaba reformas significativas, posiblemente incluyendo nuevos "impuestos sobre la riqueza". A pesar del precipicio fiscal inminente, parece poco probable que se produzcan recortes sustanciales del gasto discrecional, dadas las actuales discusiones en el Congreso sobre el presupuesto federal.
El analista de JP Morgan advirtió el año pasado de una posible recesión económica, que se prolongaría hasta 2024, debido a las agresivas subidas de los tipos de interés de los bancos centrales.