Al menos 75 personas han muerto como consecuencia de los ataques estadounidenses y británicos contra los hutíes rebeldes en Yemen que comenzaron el pasado 12 de enero, informa Sky News Arabia citando a fuentes yemeníes.
Entre las víctimas figuran tres miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica de facciones armadas de Irak, seis milicianos del movimiento chiita Hezbolá, así como dos miembros de las facciones armadas de Irak, entre otras, detallaron las fuentes, señalando que la mayoría de ellos fueron asesinados en bombardeos contra posiciones de los hutíes en las ciudades de Al Hudayda, Hajjah, Dhamar, Taiz y Al Bayda.
Los ataques lanzados por EE.UU. y el Reino Unido se enmarcan en la operación multinacional llamada 'Guardián de la Prosperidad', que busca "garantizar la seguridad de la navegación comercial" en el mar Rojo. Pero hasta ahora no han disuadido a los hutíes de atacar a buques comerciales en la zona, algo que admitió el propio presidente Joe Biden, quien, no obstante, aseguró que los bombardeos van a continuar de todas formas.
Preguntado el pasado jueves sobre si los ataques aéreos contra Yemen funcionan, el mandatario respondió que no. "Bueno, cuando dices 'funcionan', ¿que si están parando a los hutíes? No. ¿Van a continuar? Sí", dijo.
Las tensiones en el mar Rojo han influido negativamente en los ingresos que recibe el canal de Suez, que cayeron un 40 % en las primeras dos semanas de 2024, en comparación con el mismo periodo del año pasado, según la Autoridad del Canal de Suez. Durante ese mismo periodo de tiempo, el número de barcos que transitaron por la vía fluvial disminuyó un 30 %.
Desde el pasado noviembre, el movimiento de los hutíes rebeldes Ansar Allah declaró su intención de atacar en el mar Rojo a cualquier barco que tenga bandera israelí, que sea de propiedad israelí o esté operado por empresas del país hebreo.