"Durante los seis meses de la llamada contraofensiva, el enemigo ha perdido más de 125.000 personas y 16.000 unidades de diversas armas", reportó Shoigú en una conferencia telefónica con los jefes de las Fuerzas Armadas rusas.
El jefe del ente castrense achacó el aumento de las bajas ucranianas a la movilización total en el país, los suministros de armamento occidental y la introducción de reservas estratégicas.
"Las agrupaciones de tropas rusas infligen una eficaz y poderosa derrota de fuego a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Como resultado, sus capacidades de combate se han reducido significativamente", recalcó Shoigú.
Señaló que el Ejército ruso amplía las zonas de control en el marco de la operación militar especial en todas las líneas de operación y también sigue llevando a cabo una defensa activa y aumentando su potencial de combate.
Además, el ministro reveló que en 2024 está previsto que la formación del personal militar se enfoque en preparar para cumplir las tareas de la operación militar especial.
Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev. Según Putin, la contraofensiva ucraniana, que comenzó el 4 de junio, no estancó, sino que fracasó.