De acuerdo con Sierra Space, el primer avión espacial comercial del mundo será enviado al Centro de Pruebas Neil Armstrong de la NASA, en el estado Ohio, para someterlo a ensayos ambientales, que están previstos para finales de este año.
Por otro lado, la empresa reveló que el Tenacity será lanzado desde el Centro Espacial Kennedy de la NASA, a bordo del segundo cohete Vulcan Centaur de United Launch Alliance (ULA), una corporación formada por Lockheed Martin Space Systems y Boeing Defense. No obstante, no se brindaron detalles sobre la fecha en la que se realizará el vuelo inaugural.
Según el portal Ars Technica, el despegue de la nave espacial está programado para abril del próximo año, aunque podrían existir retrasos debido a que todavía no se llevó a cabo la primera prueba del cohete de ULA. Actualmente, está previsto que el ensayo tenga lugar el próximo diciembre.
La Dream Chaser mide aproximadamente 9 metros de largo y tiene una envergadura de 7 metros. En el caso de sus alas, estas se pueden plegar como las de un avión de combate, de manera tal que caben dentro del carenado del cohete. El vehículo está diseñado para realizar hasta 15 misiones consecutivas y entregar unos 5.500 kilogramos de carga tanto presurizada como no presurizada a la EEI, incluidos alimentos, agua, suministros y experimentos científicos.
En su momento, cuando Sierra Space ganó el contrato de la NASA para transportar cargamento a la estación espacial, la empresa aseguró que para 2019 realizaría el primer vuelo de la Dream Chaser. Sin embargo, sus planes se retrasaron casi 5 años. Una de las razones de la demora, se sugiere, fue la pandemia de coronavirus.
El concepto del Dream Chaser fue creado originalmente por la Unión Soviética cuando planeaba construir el transbordador espacial Buran. Los expertos explicaron que el vehículo de Sierra Space se remonta a la serie de aviones cohete orbitales no tripulados soviéticos BOR. Tras probar el primer BOR en 1969, la Unión Soviética descartó este concepto de aviones espaciales, aunque ingenieros del país continuaron utilizándolo para otros fines.
Durante uno de los vuelos de prueba del BOR-4, un avión militar australiano compartió imágenes del momento en el que era recuperado en el océano Índico con los servicios de inteligencia de EE.UU. Estas fotografías llegaron a la NASA, que realizó ingeniería inversa para desarrollar el HL-20, que fue considerado por un breve periodo como una alternativa al transbordador espacial tras el accidente del Challenger.