2 Corintios 5:14
¿Cuánto le debes a mi Señor? ¿Alguna vez ha hecho algo por ti? ¿Ha perdonado tus pecados? ¿Te ha cubierto con un manto de justicia? ¿Ha puesto tus pies sobre roca? ¿Ha establecido Él tus caminos? ¿Te ha preparado el cielo? ¿Te ha preparado para el cielo? ¿Ha escrito tu nombre en Su libro de la vida? ¿Te ha dado innumerables bendiciones? ¿Ha guardado para ti un tesoro de misericordias que ni ojo vio ni oído oyó?
Entonces haz algo por Jesús digno de su amor. No deis una simple ofrenda verbal a un Redentor moribundo. ¿Cómo te sentirás cuando venga tu Maestro, si tienes que confesar que no hiciste nada por Él, sino que mantuviste tu amor encerrado, como un estanque estancado, que no fluye hacia sus pobres ni hacia su obra?
¡Fuera de un amor como ese! ¿Qué piensan los hombres de un amor que nunca se manifiesta en acción? Pues, dicen, "la reprensión abierta es mejor que el amor secreto". ¿Quién aceptará un amor tan débil que no te impulse a un solo acto de abnegación, de generosidad, de heroísmo o de celo? ¡Piensa cómo Él te ha amado y se ha entregado por ti! ¿Conoces el poder de ese amor? Entonces deja que sea como un viento recio que sopla en tu alma para barrer las nubes de tu mundanalidad y despejar las nieblas del pecado.
"Por amor de Cristo", sea ésta la lengua de fuego que se posará sobre vosotros: "por amor de Cristo", sea éste el rapto divino , el aflujo celestial que os alzará desde la tierra, el espíritu divino que os hará valientes como leones y veloces. como águilas al servicio de tu Señor. El amor debe dar alas a los pies del servicio y fuerza a los brazos del trabajo. Fijados en Dios con una constancia inquebrantable, resueltos a honrarlo con una determinación que no debe desviarse, y avanzando con un ardor que nunca nos cansaremos, manifestemos las limitaciones del amor a Jesús. Que el imán divino nos atraiga hacia el cielo, hacia sí mismo.