Sin duda, conoces una de las pinturas más famosas jamás realizadas por un artista: La Última Cena de Leonardo da Vinci, esa representación clásica de Cristo y los doce apóstoles en la mesa.
Muchos estudiantes de historia del arte creen que la pintura, cuando se creó por primera vez, era algo diferente de la versión que vemos ahora. Se cree que inicialmente había un exquisito borde de encaje en el mantel. Cuando, inmediatamente después de terminarla, da Vinci invitó a un grupo de estudiantes de arte a ver su obra maestra, quedaron inmensamente impresionados por el delicado diseño de ese encaje. Lo estudiaron intensamente y lo elogiaron mucho.
Al ver la reacción de estos jóvenes, el artista tomó un pincel, lo mojó y realizó unos largos trazos sobre el lienzo, borrando el encaje. Luego, con sentimiento incontrolable, gritó: "¡Ahora, necios, miren el rostro de Cristo!"