Queridos hermanos de las iglesias de la
región de Galacia: Yo, Pablo, y los seguidores de Cristo que están conmigo, los
saludamos. Le pido a Dios, nuestro Padre, y al Señor Jesucristo, que los amen
mucho y les den su paz. Soy un apóstol enviado a anunciar esta buena noticia:
¡Jesucristo ha resucitado! No me envió nadie de este mundo, sino Jesucristo
mismo, y Dios el Padre, que lo resucitó. Jesucristo siempre obedeció a nuestro
Padre Dios, y se dispuso a morir para que Dios perdonara nuestros pecados y nos
librara de este mundo malvado. ¡Que todos lo alaben por siempre! Amén.