La guerra entre Israel y Gaza implica decisiones difíciles para Ucrania

Así titula el 'New York Times' un contundente artículo de opinión que afirma que la escalada del conflicto entre Israel y Hamás hace impostergable una negociación del Gobierno de Joe Biden con Moscú para frenar la escalada bélica de Kiev.
La nota, publicada en la edición del sábado 14 de octubre del diario estadounidense, argumenta que la escalada del conflicto entre Israel y Hamás, con la Administración Biden prometiendo que apoyará con todo lo necesario a Tel Aviv, representará "una nueva demanda de recursos estadounidenses" y un nuevo frente para el establishment político-militar en Washington ante la opinión pública.
Y si bien el New York Times dice que los "halcones", es decir, la facción política, militar e intelectual en EEUU a favor de las ambiciones expansionistas e intervencionistas, ya declaran que elegir entre financiar a Ucrania o Israel es una falsa dicotomía, lo cierto es que "por supuesto" habrá que optar a quién priorizar envíos de dinero, material bélico e inteligencia.
"También hay una contrapartida crucial simplemente en la atención que prestan los funcionarios estadounidenses. La distracción es siempre un problema en la política exterior (basta con mirar cómo le fue a nuestra formulación de políticas en Afganistán durante la guerra de Irak) y gestionar una guerra proxy contra una potencia nuclear [Rusia], en las propias zonas fronterizas de esa potencia, puede ser la tarea existencialmente más tensa de Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría", afirma el New York Times para argumentar por qué la "opción Ucrania" es ahora la menos atractiva para EEUU.
En ese sentido, aseguran que el conflicto en Oriente Medio "cambia automáticamente" el cálculo de la política de EEUU en Ucrania, una posición que, observan, ya en Washington comenzaba a ser cada vez menos partidaria de seguir apoyando a Kiev de manera irrestricta.
Para seguir argumentando sobre por qué a EEUU no le conviene seguir apostando por Ucrania, la nota recuerda que los últimos meses no han sido positivos para Kiev en el campo de batalla, tras el fracaso de la contraofensiva de verano, mientras que la economía rusa resultó "más resistente de lo que esperaban en Washington o Kiev".
Por ello, observa el diario, no sólo la gestión de Biden, sino las propias autoridades ucranianas tienen un incentivo para frenar la escalada bélica contra Rusia, ya que en el horizonte no solo hay un conflicto en Oriente Medio que absorberá dinero y atención de EEUU, sino también la posible pérdida de más aliados internacionales, o incluso el regreso a la Casa Blanca del expresidente Donald Trump, que se ha mostrado crítico con la postura del Gobierno demócrata de financiar las ambiciones bélicas del mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski.
"No estoy al tanto de nuestros canales secundarios con Moscú. Pero si la Administración Biden no habla urgentemente a través de ellos, si no busca una vía hacia un armisticio, está malinterpretando gravemente los desafíos que se avecinan", concluye el editorial.