La población peruana continúa impactada a medida que se van conociendo detalles de la red de tráfico de bebés recién nacidos desmantelada en la ciudad de Cusco. Por el momento hay cuatro procesados, una de ellos huida, y no se descarta que se hayan vendido más de los 20 bebés, vivos y muertos, de los que hasta ahora hay pistas.
Los implicados operaban mediante un centro obstétrico clandestino situado en la calle Tres Cruces de Oro, muy cerca del casco histórico de la antigua capital del imperio inca
Las investigaciones condujeron hasta Doris Rosa Huayhua Mamani, de 55 años, y Rubén Morán Cuyuchi, también de 55, que operaban en el consultorio obstétrico.
Las averiguaciones llevaron también hasta Liset Blanca Zambrano Huayhua, la obstetra dueña del centro, donde operaba junto a su madre, Huayhua Mamani, según recoge La República.
Rosa Huayhua y Morán fueron detenidos, pero ambos quedaron en libertad después de que la jueza Zulay Sánchez dispusiera que se les había realizado una detención arbitraria, decisión que no contó con la oposición de la Fiscalía.
Poco después, la misma jueza ordenó el ingreso en prisión preventiva por nueve meses de Huayhua Mamani y Fanny Hurtado, quien habría comprado un bebé. La primera no se presentó a la audiencia y actualmente su paradero es desconocido, por lo que tiene una orden de captura en su contra. En el caso de Morán, se determinó su libertad con comparecencia restringida.
La Fiscalía ha pedido prisión preventiva también para Zambrano Huayhua, debido a que se habría encargado de certificar con datos falsos el nacimiento de los bebés, documentación con la que se inscribía a los menores en el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec).
La Autoridad Nacional de Control del Poder Judicial ha abierto una investigación a la jueza Sánchez por ordenar la libertad de dos acusados que propició que una de ellos se fugara, para determinar si existió una inconducta funcional, es decir, un comportamiento indebido por acción u omisión.
Se cree que los implicados captaban a sus víctimas entre mujeres adolescentes y jóvenes de escasos recursos que recurrían a abortos clandestinos, entre otras.
Así lo indican los materiales encontrados en la clínica que se cree que es el centro de esta red de tráfico de personas. Había pastillas abortivas, comprobantes de depósitos, material quirúrgico para realizar abortos, entre otros enseres.
Según el fiscal adjunto de Trata de Personas, Paulo Rivera Quispe, se calcula que habrían traficado con 20 niños, entre vivos y muertos, algo que se descubrió en las conversaciones de chat de los celulares intervenidos a los detenidos. El origen y paradero final de los menores todavía son desconocidos.
El caso estalló cuando una mujer, Hurtado, acudió el pasado 4 de septiembre a un centro de salud con un bebé de 13 días que no era suyo para aplicarle unas vacunas. A pesar de que en el certificado de nacimiento aparecía ella como su madre, sus confusas respuestas y otros detalles hicieron sospechar a los sanitarios, que avisaron a las autoridades.
Al sentirse descubierta, la mujer, de 45 años, intentó huir del lugar, pero fue detenida por la Policía y acabó contando la verdad: que ella no era la madre del recién nacido y que había pagado 3.000 soles (poco más de 800 dólares) por el menor y aún le quedaban otros 4.000 soles (casi 1.100 dólares) que abonar para saldar la venta.
Su acta de nacimiento había sido firmada por Zambrano Huayhua, la dueña del centro. "De acuerdo al informe policial, esta venta de niños se materializó, aunque señalan que el bebé iba a ser devuelto porque lloraba mucho. Vale precisar que el delito de trata de personas es un delito permanente en el tiempo", declaró a El Comercio la fiscal provincial especializada en Delitos de Trata de Personas en Cusco Andronika Sanz, a cargo del caso.
La Policía todavía trabaja para dilucidar la verdadera identidad del recién nacido en poder de Hurtado y el paradero de sus verdaderos progenitores.