El flujo ininterrumpido de lava del Mauna Loa, el volcán activo más grande del mundo, se está deslizando hacia una de las principales carreteras de la isla de Hawái y amenaza con bloquear la ruta más rápida que conecta el oeste y el este la Isla Grande, el territorio más extenso del archipiélago.
El más reciente informe del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) sitúa la lava a unos tres kilómetros de la Hawaii Route 200, (conocida localmente como Saddle Road), autopista crucial para la comunicación entre la ciudad costera de Hilo, donde se encuentra el mayor núcleo de población, y Kailua-Kona, el centro comercial y turístico de la zona occidental.
No obstante, el flujo de roca fundida se ha "desacelerado significativamente" en los últimos días al encontrarse en un terreno relativamente más plano. "Aunque la tasa de avance se ha ralentizado en las últimas 24 horas, el flujo de lava permanece activo", advierte el USGS.
Saddle Road continúa abierta, pero si llega cerrarse duplicaría los tiempos de viaje debido a la necesidad de optar por la ruta alternativa, que es más larga. Esto supondría retrasos en las entregas de mercancías de camiones de carga y dificultades para quienes requieran atención médica o servicios de emergencia, ya que uno de los principales hospitales de la isla se encuentra en el este.
De acuerdo con medios locales, los funcionarios estatales se han preparado por semanas para este eventual escenario y las rutas de desvío se mantienen libres de obstaculizaciones por si deben usarse. De cualquier modo, representantes de Hawái en el Congreso han solicitado a la Casa Blanca que agilice la asistencia federal antes de que se interrumpa la vida cotidiana en la Isla Grande.
El volcán Mauna Loa despertó de su letargo de 38 años el pasado 27 de noviembre. Desde entonces, el estado estadounidense de Hawái ha estado en alerta roja puesto que los flujos de lava continúan saliendo por una de las tres fisuras eruptivas. Al mismo tiempo, el volcán vecino Kilauea permanece activo desde hace más de un año. Según la Defensa Civil del Condado de Hawái, hasta el momento, los más de 200.000 habitantes de la Isla Grande no se han visto amenazados por los impactos de la lava.