Un equipo internacional de científicos ha calculado que la cantidad de lagos pequeños en nuestro planeta ha aumentado sustancialmente en las últimas décadas, un hecho preocupante, considerando las grandes cantidades de gases de efecto invernadero que emiten, según un comunicado de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), cuyos investigadores también participaron en el estudio.
La microfauna que se alimenta de restos de plantas y animales en el fondo de un embalse de agua dulce emite grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂), metano, óxido nitroso y otros gases. Algunos de estos gases acaban en la atmósfera. De acuerdo con los autores, este mecanismo hace que los lagos actúen como fábricas de gases de efecto invernadero, que equivaldrían al 20 % de todas las emisiones globales de CO₂ provenientes de los combustibles fósiles. Las proyecciones sugieren que el cambio climático hará que los lagos emitan una proporción cada vez mayor de gases de efecto invernadero en el futuro.
Utilizando imágenes satelitales de alta resolución combinadas con inteligencia artificial, los investigadores mapearon 3,4 millones de lagos en todo el mundo y su evolución durante las últimas cuatro décadas. Los resultados mostraron que entre 1984 y 2019, la superficie total de los lagos creció en más de 46.000 kilómetros cuadrados. Más de la mitad de los lagos nuevos surgió por la actividad humana (construcción de embalses), mientras que el resto ocurrió principalmente debido al derretimiento de los glaciares y al deshielo del permafrost.
Se estima que el aumento anual de las emisiones de CO₂ de los lagos durante dicho período es de 4,8 teragramos de carbono, lo que equivale al aumento de las emisiones de CO₂ del Reino Unido en 2012.
Desde 1984 han aparecido una gran cantidad de lagos con una superficie menor a un kilómetro cuadrado, y estos pequeños cuerpos de agua dulce son los que emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en relación con su tamaño. Si bien los lagos pequeños representan solo el 15 % de la superficie total de lagos del planeta, representan el 25 % de las emisiones de CO₂ y el 37 % de metano.
"Los lagos pequeños emiten una cantidad desproporcionada de gases de efecto invernadero porque normalmente acumulan más materia orgánica, que se convierte en gases. Y también porque a menudo son poco profundos. Esto facilita que los gases lleguen a la superficie y a la atmósfera", explicó Jing Tang, coautora del estudio recientemente publicado en la revista Nature Communications. "Al mismo tiempo, los lagos pequeños son mucho más sensibles a los cambios en el clima y el tiempo, así como a las perturbaciones humanas. Como resultado, sus tamaños y la química del agua fluctúan mucho", agregó.