Los salarios reales globales se redujeron en un 0,9 % en los primeros seis meses del 2022, según se desprende del informe de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) publicado esta semana. Entre las causas fundamentales de la caída figuran la inflación y la crisis energética derivadas del conflicto en Ucrania.
Las regiones más afectadas por el descenso de los salarios reales son América del Norte y la Unión Europea. En la primera, los ingresos en el 2022 descendieron en un 3,2 %, mientras que en la UE disminuyeron un 2,4 %. El informe analiza por separado la Europa Oriental, donde la caída de los salarios ha sido del 3,3 %. América Latina y África también registran tendencias negativas, pero en menor grado. En América Latina y el Caribe, los salarios reales se redujeron en un 1,7 %, y en África en un 0,5 %.
Por otro lado, Asia registró un aumento de los ingresos reales este año. En los países árabes el crecimiento fue del 1,2 % y en la región de Asia-Pacífico los salarios reales crecieron en un 1,3 %. Asia Central y Occidental experimentó el incremento más grande con un 2,5 %.
Además, el informe muestra la diferencia entre los miembros del G20. En los países avanzados, la caída promedia de los salarios reales fue el 2,2 %, mientras que en los miembros del G20 emergentes los ingresos aumentaron un 0,8 %.
"Las múltiples crisis globales a que nos enfrentamos han llevado al declive de los salarios reales. Ha puesto a decenas de millones de empleados en una grave situación mientras se enfrentan a las incertidumbres crecientes", señaló el director general de la OIT, Gilbert Houngbo. Añadió que el declive de los ingresos reales puede provocar el aumento de la desigualdad de ingresos y extender más pobreza, lo que, en su turno, puede "alimentar un malestar social" y "socavar la meta de lograr la prosperidad y la paz para todos".