Mas espero en el Señor Jesús enviaros pronto a Timoteo, para que yo también esté de buen ánimo, al saber vuestro estado; porque a ninguno tengo del mismo ánimo, que sinceramente se interese por vosotros.
Porque todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús.
Mas vosotros conocéis su probidad, que como hijo a padre, ha servido conmigo en el evangelio.
Así que a éste espero enviaros, tan pronto vea cómo van las cosas conmigo, y confío en el Señor que yo también iré pronto a vosotros.
Mas consideré necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, mas vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades, porque él tenía gran deseo de veros a todos vosotros, y estaba muy apesadumbrado porque habíais oído que estuvo enfermo.
Pues en verdad estuvo enfermo, cercano a la muerte; mas Dios tuvo misericordia de él, y no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
Así que le envío con mayor diligencia, para que al verle otra vez, os regocijéis, y yo esté con menos tristeza.
Recibidle, pues, en el Señor, con todo regocijo; y tened en estima a los que son como él; porque por la obra de Cristo estuvo cercano a la muerte, exponiendo su vida para suplir lo que os faltaba en mí servicio.