EE.UU. teme que la crisis energética en la UE evite aislar a Rusia

El Gobierno de EE.UU. y la cúpula dirigente de la Unión Europea temen que la crisis energética en el bloque comunitario provoque fisuras en la alianza y que los ciudadanos europeos se opongan a la estrategia occidental de intentar aislar económicamente a Rusia, informa la CNN citando a funcionarios estadounidenses.
Últimamente Washington y Bruselas han intensificado su campaña de mensajes para mantener la presión de las sanciones antirrusas ante el aumento vertiginoso de los precios de la energía y la perspectiva de un duro invierno. La semana pasada el presidente de EE.UU., Joe Biden, convocó una reunión virtual con casi una decena de líderes occidentales para discutir el conflicto en Ucrania y transmitirles "el mensaje clave de permanecer unidos contra Rusia", dijo una fuente.
La intensificación de esa campaña de mensajes demuestra una creciente cautela ante posibles fisuras en lo que hasta ahora ha sido un frente europeo unido, señala la CNN. La UE y el Reino Unido ya están sintiendo los efectos de manera aguda, con las facturas de la electricidad por las nubes, al tiempo que las autoridades advierten sobre posibles cortes de energía en invierno.
Mientras algunos funcionarios estadounidenses aseguran que la alianza antirrusa es robusta y la "animosidad hacia Moscú está aumentando", otros miembros del Gobierno norteamericano advierten que a medida que aumentan los costos de la electricidad y se acerca el invierno, la población podría salir a las calles a protestar, como ocurrió recientemente en República Checa.
Desde el Gobierno de EE.UU. dicen seguir de cerca las protestas contra los altos precios de la energía, así como cualquier señal de inestabilidad política en la UE. "Desde nuestra perspectiva, todavía vemos una fuerte determinación y unidad a nivel de liderazgo", dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. En este sentido, recalcó que el presidente Biden "está comprometido a preservar esa unidad".
Los políticos y la prensa occidental culpan a Rusia de utilizar la energía "como un arma" para "chantajear" a la Unión Europea. Sin embargo, la crisis energética en el bloque comunitario se hizo evidente ya en la primera mitad del 2021, cuando las naciones del bloque agotaron sus reservas de gas después de una temporada de invierno relativamente fría y los precios se dispararon.
La situación empeoró con la imposición de sanciones antirrusas por la operación militar de Moscú en Ucrania. Rusia respondió exigiendo pagos en rublos por sus envíos de gas a Europa.
Además, antes del operativo militar ruso, el Gobierno alemán ordenó detener el proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, que conecta a Rusia y Alemania a través del mar Báltico. Su construcción terminó en septiembre del 2021 pese a la oposición de EE.UU., Ucrania y otros países, aunque la infraestructura no llegó a operar por motivos políticos.
La tubería permitiría aumentar las capacidades de entrega del Nord Stream 1 y duplicaría el suministro de gas natural ruso hacia territorio alemán. Sin embargo, Berlín se opone rotundamente a la puesta en funcionamiento del nuevo gasoducto, argumentando que esta acción equivaldría a "levantar una bandera blanca en Alemania y Europa" ante Moscú.
Otro de los factores de la crisis energética son los "malos cálculos" de la UE, que apostó por las energías renovables y no dieron los resultados esperados pese a sus gigantescas inversiones. Rusia lamenta que los políticos occidentales no reconozcan sus "errores" y, en su lugar, prefieran "demonizar" al país euroasiático.