Al finalizar la Audiencia General, el Papa Francisco recordó que hoy, 24 de agosto, se cumplen 6 meses desde que estalló el conflicto en Ucrania y lamentó las víctimas inocentes de “la locura de la guerra”.
El Santo Padre renovó “la invitación a implorar por la paz del Señor para el amado pueblo ucraniano que sufre el horror de la guerra desde hace 6 meses”
«Renuevo mi invitación a implorar la paz del Señor para el querido pueblo ucraniano, que desde hace seis meses sufre el horror de la guerra», dijo Francisco, y se auguró que se estén tomando medidas concretas para poner fin a la guerra y evitar el riesgo de un desastre nuclear en Zaporizhzhia.
El Santo Padre dijo con pesar, que lleva en su corazón a los presos, especialmente a los que están en condiciones frágiles, pidió que las autoridades responsables trabajen por su liberación. Su pensamiento lo dirigió a los niños, a los tantos muertos, los tantos refugiados -aquí en Italia hay muchos-, los tantos heridos:
«En tantos niños ucranianos y rusos que se han quedado huérfanos, la orfandad no tiene nacionalidad, han perdido a su padre o a su madre, sean rusos o ucranianos».
«Pienso en tanta crueldad, en tantos inocentes que están pagando la locura, la locura de todos los bandos, porque la guerra es una locura y nadie en la guerra puede decir: 'No, no estoy loco'. La locura de la guerra».
El Santo Padre también hizo referencia al asesinato de Darya Dugina, hija del ideólogo ruso Aleksandr Dugin, que murió en una explosión de su coche el 20 de agosto
«Pienso en la pobre chica a la que le explotó una bomba bajo el asiento de un coche en Moscú. ¡Los inocentes pagan la guerra, los inocentes!»
Francisco pidió a cada uno de nosotros que reflexionemos sobre esta realidad y digámonos: «la guerra es una locura». Además, aseveró que los que se benefician de la guerra y del comercio de armas son criminales que matan a la humanidad.
Por último, el Papa llama la atención -como ha hecho tantas veces en el pasado- sobre los dramas que tienen lugar, no solo en Ucrania, sino también en otras partes del mundo. Esos «trozos», como ha siempre dicho, de esa «tercera guerra mundial en pedazos» que poco a poco se van uniendo para delinear un abismo mundial.
Recordó a Siria, que lleva más de diez años en guerra, o en la guerra que sufre Yemen, «donde tantos niños pasan hambre, pensemos en los rohingya que recorren el mundo por la injusticia de ser expulsados de su tierra», dijo.
En esta triste efemérides que vive Ucrania, pero también Rusia, el Papa recordó que ha consagrado a ambos países al Corazón Inmaculado de María, el pasado 25 de mayo, y pidió a nuestra Santa Madre, «que Ella, como Madre, dirija su mirada a estos dos amados países: ¡que vea a Ucrania, que vea a Rusia y nos traiga la paz! Necesitamos la paz».