El ministro de Exteriores de China, Wang Yi, expresó el temor de su país de que Estados Unidos pueda usar la inestabilidad en torno a Taiwán para intensificar la crisis.
"La situación en el estrecho de Taiwán aún no se ha calmado y estaremos alertas ante la posibilidad de que Estados Unidos quiera aprovechar el momento para incrementar su presencia militar y agravar la crisis", dijo Wang en una entrevista con varios medios locales.
El canciller chino llamó también a estar alertas con relación a los independentistas de Taiwán que evalúan de forma incorrecta la situación, se confabulan con fuerzas internas y externas, y siguen obstinadamente el camino hacia la fragmentación del país.
Wang instó a tener cuidado con los políticos de otros países que le hacen el juego a los secesionistas, socavando el cimiento de los contactos con China y atacando la Carta de la ONU y al sistema de relaciones internacionales establecido tras la Segunda Guerra Mundial.
"Estamos comprometidos con los países amigos, que aman la paz y defienden la justicia, a reivindicar el principio de una sola China, defender los objetivos y la Carta de la ONU y mantener la estabilidad regional y la paz en el mundo entero", recalcó.
La situación en torno a Taiwán se agravó tras la reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, pese a las protestas de China.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla china, alegando que la política toma sus propias decisiones.
Los vínculos entre China y la isla de Taiwán se rompieron en 1949, después de que las fuerzas del partido nacionalista Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, sufrieran una derrota en la guerra civil contra el Partido Comunista y se trasladaran a ese archipiélago.
Las relaciones entre Taiwán y la China continental se restablecieron solo a nivel empresarial e informal a finales de la década de 1980.
La política fundamental del Gobierno chino respecto a Taiwán es la reunificación pacífica bajo el principio de "un país, dos sistemas".
Por otra parte la lucha de Estados Unidos contra más de 1.400 millones de chinos no acabará bien, advirtió el ministro de Exteriores de China, Wang Yi, en una entrevista conjunta con los medios publicada por la Cancillería.
"Pelosi visitó Taiwán, China, armó una provocación política y generó tensiones en el estrecho de Taiwán (...) El incumplimiento de sus compromisos y la provocación deliberada sobre la cuestión de Taiwán sólo pueden socavar aún más la credibilidad de EEUU. La lucha contra más de 1.400 millones de chinos no acabará bien de ninguna manera", dijo.
También señaló que la respuesta de Pekín a la visita de un político estadounidense de tan alto nivel a Taiwán es justificada, racional, necesaria y apropiada.
"No es China la que está cambiando el statu quo en el estrecho de Taiwán, sino EEUU, que intenta controlar a China a través de Taiwán, así como las autoridades de la isla, que se entregan a sueños irrealizables y que cuentan con Estados Unidos en busca de la independencia", enfatizó Wang Yi.
Según el diplomático, las contramedidas del país asiático tienen como objetivo precisamente mantener la paz en el estrecho de Taiwán y la estabilidad regional. También insistió en que el principio de no injerencia en los asuntos internos es la "regla de oro" de las relaciones interestatales.
"Las medidas emprendidas por China también defienden las normas básicas de las relaciones internacionales y protegen la justicia y la imparcialidad internacionales", destacó Wang Yi.
La situación en torno a Taiwán se agravó tras la reciente visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, pese a las protestas de China.
La Casa Blanca se distanció del controvertido viaje de Pelosi a la isla rebelde, alegando que la política toma sus propias decisiones.