No hay nada de qué hablar con ellos

Si lo que los países occidentales buscan es "derrotar a Rusia en el campo de batalla" en torno a Ucrania, entonces no hay nada de qué hablar con ellos, declaró este viernes el canciller ruso, Serguéi Lavrov, luego de la reunión de ministros de Exteriores de los países miembros del Grupo de los 20 (G20) celebrada en Indonesia.
"Si Occidente no quiere negociaciones, sino la victoria de Ucrania ante Rusia en el campo de batalla, entonces simplemente no hay nada de qué hablar con ellos, porque con este enfoque, en esencia, está impidiendo que Ucrania pase al proceso de la paz", dijo Lavrov.
La reunión de ministros de Exteriores del G20 expuso la división de opiniones que existe en Occidente respecto a Kiev, y esto demuestra que para ellos lo "importante es su ideología y no el bienestar del pueblo ucraniano ni la seguridad de Europa", criticó.
Además, el jefe de la diplomacia rusa señaló que hizo preguntas "muy contundentes" a sus homólogos occidentales, quienes no pudieron responderle. "No tienen respuestas para estas preguntas, solo una rusofobia rabiosa, con la que reemplazan la necesidad de llegar a un acuerdo sobre temas clave de la economía y las finanzas globales", lamentó.
Incluso los ministros de Exteriores de los países miembros del G7 no acudieron a la recepción oficial de bienvenida organizada por el Gobierno indonesio, a lo que Lavrov calificó como una falta de "cortesía y de reglas de ética".
Asimismo, Serguéi Lavrov adelantó que Rusia no tiene la intención de animar a Estados Unidos a reanudar los contactos mutuos. Recordó que no fue Moscú que decidió suspender los contactos, sino Washington. "No corremos detrás de nadie, ofreciendo una reunión. Si no quieren hablar, es su elección", subrayó.
El canciller ruso también denunció que varios países occidentales continúan con sus intentos de bloquear artificialmente el suministro de cereales rusos destinados a otras naciones.
"Los datos muestran muy claramente que el grano bloqueado en los puertos de Ucrania representa menos del 1 % de la producción mundial, por lo que no tiene un impacto real en la seguridad alimentaria. Todo lo que se necesita es que Occidente deje de bloquear artificialmente nuestros suministros en aquellos países con los que se acordó el abastecimiento de cereales", expresó.
En cuanto a los granos de Ucrania que permanecen bloqueados en territorio de ese país, Rusia está dispuesta a trabajar con Kiev y con Turquía para que dichos productos puedan ser exportados, señaló. Pero Occidente debe obligar a Kiev a desactivar las minas en el mar Negro, y así Moscú y Ankara podrán garantizar la seguridad de los buques cargueros, aclaró.
Asimismo, destacó que en la reunión de ministros de Exteriores, Moscú mostró su disposición para suministrar petróleo, gas y demás hidrocarburos a bajo precio.
En ese sentido, explicó que la actual crisis energética y alimentaria no comenzó con la operación militar rusa en Ucrania, sino que es el resultado de las políticas "aventureras" que Occidente viene aplicando desde hace varios años, como la implementación "forzada" de la transición verde.
Estas crisis "son el resultado de una política aventurera, mal concebida y errónea de Occidente, incluida la introducción forzada de la llamada transformación verde, así como la interferencia artificial en los mecanismos para regular la demanda y el consumo", señaló Lavrov.