Moscú espera que la turbina de Siemens para el gasoducto Nord Stream 1 llegue a Rusia y sea puesta en servicio próximamente, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
"Esperamos que [la turbina] llegue al lugar de funcionamiento de alguna manera en un futuro próximo, sea instalada y puesta en servicio", anunció Peskov al comentar el tema.
Sin embargo, indicó que la administración presidencial no puede seguir todas las etapas del transporte de la turbina y recomendó hacer la pregunta sobre la devolución del motor al gigante energético Gazprom, que opera el gasoducto.
Al responder si es necesario enviar a Canadá otra turbina, que también se había parado, para su mantenimiento, Peskov señaló que "se conoce que hay ciertos problemas allí que requieren una reparación rápida".
A mediados de junio pasado, Rusia redujo en un 60% el suministro a través del gasoducto submarino Nord Stream 1, al desactivar tres motores en la estación de bombeo de Portóvaya.
Normalmente en esta estación deben estar funcionando cinco turbinas –todas de fabricación de Siemens– y una que queda en reserva. Los motores se someten sistemáticamente a mantenimiento técnico y reparación en la empresa alemana, que realiza estas obras en su filial en Canadá.
Gazprom envió para la reparación una turbina y esperaba recibirla de vuelta en mayo, pero las sanciones de Canadá impuestas a Rusia por su operación militar en Ucrania retrasaron su regreso.
Tras una serie de negociaciones, Berlín logró devolver el motor reparado y este se encuentra en el territorio alemán, mientras que Siemens y Gazprom están tratando de arreglar los problemas burocráticos para trasladar la turbina a Rusia.
Gazprom anunció que detiene otra turbina de Siemens por las condiciones técnicas del motor y el día 27, redujo el suministro de gas por el gasoducto hasta 33 millones de metros cúbicos al día.
Según explicó el vicepresidente de Gazprom Vitali Markélov, la empresa no envía las turbinas averiadas a Siemens debido a que sigue sin recibir el motor ya reparado y además persiste el riesgo de que las sanciones de Canadá impidan de nuevo la reparación de otros aparatos.