El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Norte ha criticado a Washington y Seúl por "realizar continuamente varios ejercicios de guerra nominales", señalando que estos podrían conducir a un nuevo conflicto armado en la península coreana, recoge la agencia surcoreana Yonhap.
Durante su gira por Asia el pasado mes de mayo, el presidente de EE.UU., Joe Biden, acordó con su homólogo surcoreano, Yoon Suk-yeol, "expandir el alcance y la magnitud de los ejercicios militares combinados y el entrenamiento en la península de Corea". Los próximos simulacros conjuntos están previstos para el mes de agosto.
"Nadie puede predecir cuándo los simulacros militares que se están llevando a cabo con todo tipo de pretextos podrían derivar en una segunda guerra de Corea", declaró la Cancillería norcoreana en un comunicado publicado este martes, en víspera del aniversario del final de la Guerra de Corea (1950-1953), que se celebra el 27 de julio.
Pionyang subrayó que "la situación de seguridad en la península de Corea se está deteriorando extremadamente", en referencia a la reciente participación de aviones de combate F-35A de la Fuerza Aérea estadounidense en los ejercicios conjuntos con Corea del Sur, y a las maniobras a gran escala de helicópteros de ataque surcoreanos disparando munición real.
"Los ejercicios militares conjuntos de EE.UU. y Corea del Sur, que se están realizando con el paso del tiempo, están desprendiendo un fuerte olor a pólvora, exacerbando la situación en la península de Corea y creando una grave amenaza para la seguridad del noreste de Asia", manifestó el ministerio. "El ejercicio militar conjunto entre Estados Unidos y sus seguidores es uno de los factores básicos que hacen que la situación en la península de Corea se deteriore", añadió.
Además, el Ministerio de Exteriores norcoreano calificó en un artículo separado a EE. UU. de ser "el reino de piratería más grande del mundo" y un "estado cibercriminal sin precedentes".
Pionyang ha advertido en varias ocasiones que EE.UU. y Corea del Sur se enfrentarán a "consecuencias no deseadas" en caso de una mayor escalada de las tensiones con Corea del Norte.