“Si obtenemos 60 de estos sistemas [lanzacohetes múltiples], los rusos perderán cualquier oportunidad de avanzar en cualquier lugar, serán detenidos”, aseguró el lunes Aleksey Arestovich, asesor del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, durante una entrevista concedida al diario británico The Guardian.
Aludiendo a EE.UU. y el Reino Unidos como los únicos países que hasta la fecha han anunciado su intención de enviar unos pocos de estos sistemas, el titular ucraniano cargó contra los Estados occidentales que tienen decenas de lanzacohetes múltiples y solo donan cuatro o cinco a Kiev.
“Cuantos menos tengamos, peor será nuestra situación. Nuestras tropas seguirán muriendo y seguiremos perdiendo terreno”, lamentó Arestovich.
Las palabras del asesor ucraniano llegaron después de que el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, informara el lunes del envío a Ucrania de un número no especificado del sistema de cohetes de lanzamiento múltiple M270 (MLRS, por sus siglas en inglés), capaz de disparar cohetes guiados con precisión hasta 80 kilómetros, un alcance mayor que cualquier tecnología de misiles actualmente en uso en la guerra.
La decisión se tomó en “estrecha coordinación” con Washington, que anunció el miércoles suministro de sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS, por sus siglas en inglés), con un alcance de 80 kilómetros, es decir, lanzacohetes múltiples montados en vehículos blindados ligeros.
Desde el inicio de la operación militar rusa en el territorio de su vecino, 24 de febrero, las autoridades rusas han denunciado en varias ocasiones que el Occidente está poniendo en riesgo su propia seguridad al entregar ingentes suministros de armas a Ucrania y advertido de que ese suministro de armas supone echar leña al fuego al conflicto y tendrá repercusiones trágicas.
