Por lo cual, queridos amigos, mientras esperan que estas cosas ocurran, hagan todo lo posible para que se vea que ustedes llevan una vida pacífica que es pura e intachable a los ojos de Dios.
Y recuerden que la paciencia de nuestro Señor da tiempo para que la gente sea salva. Esto es lo que nuestro amado hermano Pablo también les escribió con la sabiduría que Dios le dio, al tratar estos temas en todas sus cartas.
Algunos de sus comentarios son difíciles de entender, y los que son ignorantes e inestables han tergiversado sus cartas, para que signifiquen algo muy diferente, así como lo hacen con otras partes de la Escritura. Esto resultará en su propia destrucción.
Queridos amigos, los estoy previniendo con tiempo. Manténganse en guardia para no ser arrastrados por los errores de esa gente perversa y perder la base firme que tienen. En cambio, crezcan en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. ¡A él sea toda la gloria ahora y para siempre! Amén.