Escribe también al ángel de la iglesia de Pérgamo: Esto dice el que tiene la espada aguda de dos filos: Yo sé que vives donde Satanás tiene su trono; sin embargo, sigues fiel a mi causa y no renegaste de tu fe en mí ni siquiera en los días en que a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad donde vive Satanás.
Pero tengo unas cuantas cosas contra ti: toleras ahí a algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de Balaam, el que aconsejó a Balac que hiciera pecar a los israelitas incitándolos a comer alimentos ofrecidos en sacrificio a los ídolos y a entregarse a la prostitución. También tienes ahí algunos que no quieren apartarse de la enseñanza de los nicolaítas.
Vuélvete, pues, a Dios; de lo contrario, iré pronto a ti y con la espada que sale de mi boca pelearé contra ellos. ¡Quien tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias! A los vencedores les daré a comer del maná escondido; y les daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce sino solo aquel que lo recibe.