Unos 500 civiles permanecen en la planta química Azot, en la ciudad de Severodonetsk, foco de combate estos días entre el Ejército ucraniano, por un lado, y las fuerzas rusas y sus aliados de la República Popular de Lugansk (RPL), por otro, según las autoridades leales a Kiev.
"En Azot se quedan unos 500 vecinos, entre ellos 40 niños. La zona industrial está siendo sometida a un fuerte bombardeo de la artillería enemiga de gran calibre", publicó en la red social Telegram Serguéi Gaidái, jefe de la administración militar de la región de Lugansk.
Las instalaciones de la planta, según Gaidái, son menos robustas que las de la planta siderúrgica Azovstal, que sufrió un prolongado asedio en Mariupol.
"Estamos intentando organizar la evacuación con garantías de seguridad", puntualizó.
El funcionario estimó que el adversario controla ahora el 70% de Severodonetsk.
"La evacuación masiva y el transporte de cargas humanitarias resultan imposibles debido a los bombardeos. Los militares logran evacuar solo a unas pocas personas al día", dijo.
El embajador de la República Popular de Lugansk en Rusia, Rodión Miróshnik, afirmó el 11 de junio que en Azot habían quedado bloqueados de 300 a 400 militares ucranianos y medio millar de civiles. Al día siguiente comunicó que los civiles retenidos en Azot habían comenzado a salir a través de un puesto no controlado por militares ucranianos.