El Gobierno Federal de Alemania ha activado este jueves el segundo nivel del plan nacional de emergencia de gas, pasando a la fase de alerta, ante la reducción del suministro gasístico de Rusia, anunció el vicecanciller y el ministro de economía del país, Robert Habeck.
El ministro alemán precisó que el país actualmente atraviesa una interrupción en el suministro de gas. "Incluso si no lo perciben de esa manera, estamos en una crisis de gas", declaró Habeck, dirigiéndose a la ciudadanía. "A partir de ahora, el gas es un bien escaso en Alemania", agregó.
Al mismo tiempo, Habeck aseguró que los suministros están garantizados de momento, pero advirtió a los ciudadanos contra "una falsa sensación de seguridad". Asimismo, volvió a insistir a los consumidores en la necesidad de reducir el consumo de gas "ahora, en verano, y luego en invierno".
El primer nivel del plan, que consta de tres fases, fue activado el pasado 30 de marzo para establecer un equipo de crisis en el Ministerio de Economía e intensificar el monitoreo de la situación del suministro de gas.
Aunque la nueva fase del plan no supone cambios drásticos con respecto al primer nivel, obliga a los agentes del mercado a mitigar las interrupciones mediante medidas a corto plazo e impulsar los suministros de gas de fuentes alternativas.
Esto, en cambio, puede acarrear consecuencias significativas para las empresas y los consumidores en el caso de que los proveedores de energía trasladen sus gastos elevados de compra directamente a sus clientes.
No obstante, el ministro precisó que a las empresas energéticas no se les permite, de momento, aumentar los precios de gas para los consumidores, medida que solo puede llevarse a efecto ante una "reducción considerable de la cantidad total del gas importado" a Alemania.
La tercera fase del plan, la fase de emergencia, se activa cuando hay "una demanda excepcionalmente alta" o una "interrupción significativa" de los suministros gasísticos. En este caso, el Gobierno se interviene activamente en la situación del mercado energético y pasa a un régimen de racionamiento del gas, que, en primer lugar, afecta a la industria.
La semana pasada, la empresa estatal rusa Gazprom advirtió que se ve obligada a reducir el flujo de gas a través del gasoducto Nord Stream, una de las principales rutas de suministro de gas ruso a Europa. Según indicó la empresa, el motivo se debe a que la compañía alemana Siemens aún no le había devuelto el equipo técnico utilizado para bombear el gas, que se encontraba en reparación.
En su discurso, el ministro alemán opinó que la reducción de los suministros rusos supone "un ataque económico" orquestado por el presidente ruso, Vladímir Putin para subir los precios de energía en Europa. "Estamos luchando contra eso. Pero será un camino difícil que nosotros como país ahora tenemos que tomar", expresó. "Quiero subrayar que este escenario siempre ha sido una amenaza y por eso llevábamos preparándonos desde diciembre de 2021", dijo Habeck.
Este miércoles, el presidente estadounidense, Joe Biden, volvió a atribuir el aumento de los precios energéticos a la operación militar rusa en Ucrania lanzada por el presidente ruso. En su discurso, el mandatario instó al Congreso a suspender los impuestos sobre la gasolina y el diésel ante "el aumento de precios de Putin".
Por su parte, el director general de Gazprom, Alexéi Miller, comentó la reducción de los suministros y explicó que los precios elevados de gas en Europa son resultado de las decisiones de los propios reguladores europeos. "Siemens no puede devolver la turbina de la fábrica. Les dicen: 'no se puede, [hay] sanciones'", explicó.
Mientras, recordó que Rusia siempre cumplía sus obligaciones contractuales. "Rusia es la estabilidad energética. Rusia es el proveedor de la estabilidad energética a los amigos de Rusia", concluyó.
Mientras, el exministro ruso de Energía, Alexánder Novak, dijo que los socios europeos "primero hacen algo y luego piensan cómo salir de la situación". "Los políticos piensan en sí mismos y en sus elecciones, trasladando [los costos] a los consumidores. En EE.UU. hay precios récord en las gasolineras y también en Europa. Es una planificación de mala calidad de la propia seguridad energética", expresó.
La semana pasada, Alemania, uno de los países que más dependen del gas de Rusia, anunció sus planes para impulsar el uso del carbón ante el agravamiento de la situación tras la reducción del flujo del gas ruso.
En particular, el nuevo plan revelado por el vicecanciller y ministro de Economía del país, Robert Habeck, prevé intensificar el uso de las centrales eléctricas de carbón como fuente alternativa de energía para la producción de electricidad.