El ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, ha advertido este martes que "EE.UU. se perjudicará a sí mismo" si no cambia su posición respecto a Taiwán y no se adhiere al principio de una sola China.
"Si EE.UU. sigue retrocediendo en el tema de Taiwán, socavará fundamentalmente la paz a través del estrecho de Taiwán y eventualmente se perjudicará a sí mismo", declaró el canciller en un seminario titulado 'Kissinger y las relaciones China-Estados Unidos'.
"Las relaciones chino-estadounidenses no pueden deteriorarse más y se debe tomar la decisión correcta: corregir la cognición estratégica y abandonar la mentalidad de la Guerra Fría, consolidar la base política y manejar adecuadamente las diferencias, salir de la lógica de la competencia y mejorar los intercambios y la cooperación", aseveró Wang en su discurso.
Asimismo, el ministro señaló que las relaciones entre Pekín y Washington "enfrentan cada vez más desafíos" y su atmósfera "es muy anormal". Wang considera que "la ansiedad extrema de EE.UU. es totalmente innecesaria", ya que el objetivo principal de China consiste en concentrarse en el desarrollo del país.
Sin embargo, aseveró que, en el caso de que Washington se incline "ciegamente" por unas relaciones basadas en "una gran competencia de poder", tal hecho "solo empujará a China y Estados Unidos a la confrontación y el conflicto", así como al mundo entero hacia "la división y la agitación".
De acuerdo a sus palabras, "construir un mundo interconectado, diverso, inclusivo, seguro y compartido es una responsabilidad y obligación que tanto China como Estados Unidos deben asumir".
En los últimos meses, las tensiones entre Pekín y Washington parecen ir en aumento en vista de un posible cambio de postura del país norteamericano hacia el principio de una sola China. Desde Pekín señalaron que últimamente EE.UU. "ha estado 'mostrando sus músculos' a las puertas de China, reuniendo círculos antichinos e incluso armando un escándalo por la cuestión de Taiwán y poniendo a prueba la línea roja".
Pekín considera a Taiwán como parte irrenunciable de su territorio, e insiste en que cualquier negociación con la isla que pase por encima del Gobierno central viola el principio clave de su política de una sola China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a la isla como parte integral de la República Popular China.
Aunque Washington no reconoce a Taiwán —que se autogobierna desde 1949 con una administración propia como país independiente—, mantiene una política de ambigüedad estratégica hacia la isla, reservándose el derecho a mantener relaciones especiales con Taipéi, que, en su opinión, toma sus propias decisiones.