La ley prohíbe todos los abortos después del momento de la concepción, excepto en casos de violación, incesto o para salvar la vida de la madre. Así, la legislación prohíbe cualquier procedimiento que "cause la muerte de un niño no nacido", que es definido como un "feto o embrión humano en cualquier etapa de la gestación, desde la fertilización hasta el nacimiento".
"Prometí a los habitantes de Oklahoma que, como gobernador, firmaría todas las leyes provida que llegaran a mi mesa, y estoy orgulloso de cumplir esa promesa hoy", declaró Stitt.
Por su parte, el Centro de Derechos Reproductivos anunció que, junto con la Federación de la Planificación Familiar de EE.UU. (PPFA, por sus siglas en inglés), presentará una demanda para bloquear la ley.
"No dejaremos de luchar por el pueblo de Oklahoma y por todo el país. Todos merecemos la libertad de controlar nuestros propios cuerpos y vidas", aseveró la presidenta del centro, Nancy Northup.
"En un momento en el que las comunidades se enfrentan a tragedias sin sentido y a un dolor inconmensurable, los políticos han optado por utilizar su posición y su poder para infundir más miedo, al tiempo que le quitan a la gente el derecho a decidir lo que es mejor para su propio cuerpo, su vida y su futuro en todo momento", denunció la presidenta de la PPFA, Alexis McGill Johnson.
El estado de Oklahoma ya prohibió todos los abortos después de cumplir alrededor de las seis semanas de gestación a primeros de mayo, cuando Stitt firmó la ley SB 1503. Esta legislación también permite a ciudadanos particulares demandar por hasta 10.000 dólares a quien proporcione servicios de interrupción del embarazo o a quien ayude a una mujer a abortar.
Asimismo, el pasado septiembre entró en vigencia en Texas una ley que prohíbe los abortos después de las seis semanas de embarazo. La prohibición no tiene excepciones para casos de violación o incesto, únicamente para casos de emergencias médicas.
