Ekaterina Prokopenko, esposa del líder del regimiento neonazi Azov, Denís Prokopenko, relató en una entrevista al diario británico The Guardian que los militares ucranianos que se rindieron la semana pasada en la planta Azovstal de la ciudad de Mariúpol están retenidos en condiciones "satisfactorias".
La mujer detalló que pudo hablar con su marido y este le contó que los prisioneros reciben comida, agua y no han sido sometidos a violencia. "Dijo que estaba 'bien' y me preguntó cómo estaba yo. He oído de otras fuentes que las condiciones son más o menos satisfactorias", afirmó.
"Se les alimenta y se les da agua. Las condiciones cumplen los requisitos y no han sido objeto de violencia durante este corto período. Lo que pasará después, por supuesto, no lo sabemos, pero de momento hay terceras partes -la ONU y la Cruz Roja- que están controlando la situación", agregó.
La entrevistada contó también que creó una organización para hacer campaña a favor de la liberación de los miembros de Azov. "El objetivo de la organización es organizar llamadas semanales con los presos para desmentir las falsificaciones rusas sobre nuestros chicos, para que sus condiciones sigan siendo satisfactorias", explicó.
El pasado viernes, el Ministerio de Defensa ruso anunció que todos los militantes del batallón Azov que estaban atrincherados en la siderúrgica desde el 21 de abril se rindieron. "Las instalaciones subterráneas de la planta, en las que se escondían los combatientes, quedaron bajo el control total de las Fuerzas Armadas rusas", declaró el portavoz de la cartera de Defensa, Ígor Konashénkov.
En total, 2.439 combatientes de Azov y militares ucranianos depusieron sus armas y se rindieron. El líder de la república de Donetsk, Denís Pushilin, informó esta semana que todos los prisioneros de la acería se encuentran en el territorio de la región y serán juzgados por un tribunal internacional.