El mundo se enfrenta a la peor hambruna desde la Segunda Guerra Mundial

La subida de los precios de alimentos amenaza con una gran hambruna a nivel mundial, advirtió este sábado la ministra de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania, Svenja Schulze.
En una entrevista con Bild, la titular describió la situación como "muy dramática" y señaló que a ella han contribuido varios factores, desde la desaceleración económica provocada por la pandemia de covid-19 hasta el actual conflicto entre Rusia y Ucrania.
"Debido al coronavirus, las sequías extremas y ahora la guerra, los precios de los alimentos en todo el mundo han aumentado en un tercio y ahora están en niveles récord. El Programa Mundial de Alimentos actualmente asume que más de 300 millones de personas padecen hambre aguda y tiene que revisar constantemente sus pronósticos al alza. El amargo mensaje es que nos enfrentamos a la peor hambruna desde la Segunda Guerra Mundial, con millones de muertos", dijo Schulze.
Muchos países del mundo dependen de productos agrícolas producidos por Rusia y Ucrania, recordó la ministra, y afirmó que durante el conflicto Rusia "robó el grano de Ucrania". Ahora, Moscú "solo lo compartirá con países que son inequívocamente prorrusos", opina Schulze, y considera que este "chantaje de comida" estuvo detrás de la postura de los 40 países que no condenaron el operativo militar ruso en la Asamblea General de la ONU el 2 de marzo.
Entre tanto, desde Moscú habían señalado que los problemas en el mercado alimenticio mundial son provocados por las sanciones impuestas contra el país tras el inicio de su operativo militar. Así, en abril, el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluánov, advirtió que "las prohibiciones de facturación, la interrupción de las cadenas de producción y suministro, los controles de exportación y las restricciones de importación están afectando a la economía mundial" y resaltó que el aumento de los precios de alimentos, energía y materias primas "afectarán principalmente a los países en desarrollo y de bajos ingresos".
En marzo, Svein Tore Holsether, el director ejecutivo de la principal productora de fertilizantes, Yara International, pronosticó que las sanciones impuestas contra Rusia harían que los precios de los fertilizantes fueran en aumento. En particular, informó que su compañía redujo su producción de amoníaco y urea en Europa al 45 % de su capacidad a consecuencia de los precios récord del gas natural, que se considera un elemento clave en los fertilizantes a base de nitrógeno. La agencia Moody's también advirtió que la falta de suministros de productos básicos derivaría en la inflación de los precios de los alimentos.
Al mismo tiempo, la ministra sostuvo que la falta de alimentos tendría que hacer que Alemania reconsiderara su política acerca de la producción de biocombustible.
"Nadie quiere ser responsable de aumentar el hambre en el mundo. Tenemos que dejar de poner comida en el tanque, ya sea trigo, aceite de palma, canola o maíz", resaltó Schulze.
"El 4,4 por ciento del combustible es comida y forraje. Eso debe reducirse a cero, no solo en Alemania, sino tan internacionalmente como sea posible. En Alemania, vertemos 2.700 millones de litros de combustible a partir de aceites vegetales en los depósitos de los automóviles cada año. Eso es casi la mitad de la cosecha de aceite de girasol de Ucrania", agregó.