Diversos políticos y medios de comunicación en Ucrania y en Occidente han acusado a Moscú de estar preparando ataques con armas químicas. Tanto Rusia como Ucrania son países firmantes de la Convención de Armas Químicas, que prohíbe la producción, tenencia y cualquier uso de esta clase de armas y de los medios portadores especializados. Sin embargo, los reportes de la reducción del arsenal químico presentados a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) durante años no han convencido a todos de que estas armas simplemente no existen en el país euroasiático.
En la década de 1990, Rusia tenía más armas químicas que cualquier otro país del mundo (cerca de 40.000 toneladas), pero las eliminó y su destrucción fue ratificada por los expertos extranjeros.
La plena membresía del país en la convención comenzó en diciembre de 1997 y, desde entonces, Moscú redujo sus arsenales gradualmente hasta constatar la extinción total de su último depósito de armas químicas el 27 de septiembre de 2017, recuerda el informe al respecto publicado por el Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales Y.M. Primakov de la Academia de Ciencias Rusa.
No fue una declaración unilateral, puesto que el director general de la OPAQ, el cargo que desempeñaba en aquel entonces Ahmet Uzumcu, un diplomático de alto rango de Turquía, confirmó y certificó en octubre de 2017 el "notable logro" de Rusia con la destrucción completa de las armas químicas. Hizo referencias en ese reconocimiento a la información recibida desde Moscú y también a los datos independientes, recabados por los inspectores de la organización.
Con bastante retraso, y hace solo varios meses, el 6 de diciembre de 2021, la resolución 76/29 de la Asamblea General de la ONU celebró la confirmación del director general.
Este punto final estuvo anticipado por varios hitos clave, como la eliminación, también ratificada por los expertos internacionales, del 70 % del arsenal químico para noviembre del 2012 y del 78 % en abril del 2014. Desde noviembre de 2015, los trabajos de destrucción del último 8 % se redujeron de siete a un solo polígono, situado en la República rusa de Udmurtia, mientras que la OPAQ reportó "nuevas innovaciones" en sus prácticas de verificar estos datos.
Las evaluaciones para verificar si Rusia cumplía sus obligaciones, en virtud de la convención, normalmente variaban en función de quien elaboraba las tareas de supervisión, destaca el informe. Así, los informes de la OPAQ y de la ONU muestran la plena confianza en que Rusia cumplió completamente con sus compromisos y añaden que ha eliminado sus reservas de armas químicas. Mientras tanto, las declaraciones de funcionarios y organismos gubernamentales estadounidenses han expresado constantemente valoraciones contrarias y tienden a basarse en juicios de opinión más que en los resultados de una inspección.
Un análisis más profundo del cumplimiento de las obligaciones rusas muestra que las acusaciones, que señalan que Moscú mantiene algunos agentes químicos en su territorio traspasando los límites permitidos por este pacto internacional, son invenciones y no tienen fundamento real. El estudio exhaustivo de la situación también indica que las advertencias alarmistas sobre la presunta intención de las Fuerzas Armadas rusas de usar esta clase de armas en Ucrania carecen de fundamento.
Según el informe universitario, eso forma parte de una campaña psicológica y de comunicación antirrusa, y el posible objetivo es convertir el tema de las armas químicas en una "herramienta de confrontación propagandística". Los autores advierten que a largo plazo esta práctica puede tener un impacto negativo en la estabilidad de las medidas que estipula la convención y definitivamente no contribuirá a hacerlas más firmes, algo "en que todos los estados miembros con responsabilidad deberían estar interesados".
Las autoridades rusas, a su vez, acusan a Kiev de planear la utilización de algunos agentes químicos tóxicos para crear una cortina de humo y Occidente denuncie su uso por parte de Rusia.
"Cuando Ucrania se adhirió a la convención química [en 1998], no declaró que tuviera armas químicas en su territorio", admitió el representante permanente de Rusia ante este organismo internacional, el embajador Alexandr Shulguín, en rueda de prensa este martes.
No obstante, recoge TASS, el diplomático prevé que las autoridades ucranianas van a "jugar de una u otra forma esta carta", la de las armas químicas. Además, recordó también que Kiev tiene potencial para desarrollar esta clase prohibida de armamento, tiene "una potente industria química".