La humillación y exaltación de Cristo

Cuando consideramos la obra de Cristo en un todo encontramos Que presenta dos aspectos. Primero la
humillación y segundo su exaltación.
I. La humillación de Cristo
Jua 17:5 Ahora, Padre, llévame a la gloria que compartíamos antes de que comenzara el mundo.
Aquí, Cristo habla de la gloria que El había tenido con Dios Padre desde antes de la creación del mundo.
Flp 2:6 Aunque era Dios, no consideró que el ser igual a Dios fuera algo a lo cual aferrarse.
Flp 2:7 En cambio, renunció a sus privilegios divinos; adoptó la humilde posición de un esclavo y nació como un ser humano. Cuando apareció en forma de hombre,
Cuando Cristo bajó a la tierra mediante el nacimiento virginal, se humilló en forma tal que el Creador de todo el universo se hizo Siervo.
Jua 1:14 Entonces la Palabra se hizo hombre y vino a vivir entre nosotros. Estaba lleno de fidelidad y amor inagotable. Y hemos visto su gloria, la gloria del único Hijo del Padre.
El Creador tomó la forma de hombre. Se hizo carne.
Luc 2:7 María dio a luz a su primer hijo, un varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos.
Cuando Cristo nació, no lo hizo de una familia humana poderosa sino de una muy pobre y obscura. Cuando nació no hubo siquiera un hogar para protegerlo ni aun un cuarto en el mesón, sino que nació en un pesebre.
Jua 7:52 —¿También tú eres de Galilea? —contestaron ellos —. Estudia las Escrituras y compruébalo tú mismo: jamás ha salido un profeta de Galilea.
Cristo no vino siquiera de una región respetada del país; vino de Galilea, Que era generalmente tenida a menos por los judíos.
Mar 6:3 Y se burlaban: «Es un simple carpintero, hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón. Y sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros». Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.
Su familia no era una de las grandes de la comunidad. José, el esposo de María, era carpintero, y Jesús siguió su oficio .
Gál 4:4 Pero, cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la ley.
El gran Dador de Leyes se sometió a la Ley.
Flp 2:8 se humilló a sí mismo en obediencia a Dios y murió en una cruz como morían los criminales.
Aquel que merecía la obediencia de toda la creación, se hizo obediente.
Gál 3:13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».
El justo Juez de todo el universo se colocó bajo la maldición de la ley. Se identificó con la humanidad pecadora.
Mat 4:1 Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que allí lo tentara el diablo.
Mat 4:2 Durante cuarenta días y cuarenta noches ayunó y después tuvo mucha hambre.
Mat 4:3 En ese tiempo, el diablo se le acercó y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, di a estas piedras que se conviertan en pan.
Mat 4:4 Pero Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive sólo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios”.
Mat 4:5 Después el diablo lo llevó a la santa ciudad, Jerusalén, al punto más alto del templo,
Mat 4:6 y dijo: —Si eres el Hijo de Dios, ¡tírate! Pues las Escrituras dicen: “Él ordenará a sus ángeles que te protejan. Y te sostendrán con sus manos para que ni siquiera te lastimes el pie con una piedra”.
Mat 4:7 Jesús le respondió: —Las Escrituras también dicen: “No pondrás a prueba al SEÑOR tu Dios”.
Mat 4:8 Luego el diablo lo llevó a la cima de una montaña muy alta y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria que hay en ellos.
Mat 4:9 —Te daré todo esto —dijo —si te arrodillas y me adoras.
Mat 4:10 —Vete de aquí, Satanás —le dijo Jesús—, porque las Escrituras dicen: “Adora al SEÑOR tu Dios y sírvele sólo a él”.
Mat 4:11 Entonces el diablo se fue, y llegaron ángeles a cuidar a Jesús.
Heb 4:15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó.
El Santo consintió en sufrir él mismo todas las tentaciones que la humanidad pueda conocer. Pensemos en la agonía que debe de haber significado, para Aquel que es perfectamente puro, ser abofeteado diariamente por el pecado que está presente en todas partes en este mundo en que vivimos.
Jua 1:11 Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron.
Los judíos, que eran su antiguo pueblo, le rechazaron.
Jua 7:3 y los hermanos de Jesús le dijeron: —¡Sal de aquí y vete a Judea, donde tus seguidores puedan ver tus milagros!
Jua 7:4 ¡No puedes hacerte famoso si te escondes así! Si tienes poder para hacer cosas tan maravillosas, ¡muéstrate al mundo!
Jua 7:5 Pues ni siquiera sus hermanos creían en él.
Sus propios hermanos (es decir. los hijos nacidos de María y José después del nacimiento de Cristo) le rechazaron hasta después de su muerte y resurrección.
Mat 27:46 A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz fuerte: «Eli, Eli, ¿lama sabactani?», que significa: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
Cuando colgaba de la cruz, habiendo cargado con el pecado de aquellos de nosotros que le aceptarlamos como Salvador. Dios Padre le dejó solo. Sus sufrimientos físicos fueron grandes, pero no los mayores Que debió soportar. El dolor de su alma fue todavía más intenso.
Luc 22:47  Mientras él aún hablaba, se presentó una turba; y el que se llamaba Judas, uno de los doce, iba al frente de ellos; y se acercó hasta Jesús para besarle. 
Luc 22:48  Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre? 
Judas, uno de sus amigos, le traicionó con un beso.
Mat 26:56  Mas todo esto sucede, para que se cumplan las Escrituras de los profetas. Entonces todos los discípulos, dejándole, huyeron. 
Todos sus discípulos le abandonaron en la hora de más necesidad.
Consideren las distintas formas de humillación y agonía que se sumaron sobre Jesús en estas horas.
Consideren que es Dios quien permitió ser así tratado.
2Co 5:21  Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
El eternamente Santo murió como un pecador para poder hacernos santos a nosotros.
1Pe 3:18  Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu; 
1Pe 3:19  en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados, 
Como hombre, en el momento de la muerte su cuerpo y alma fueron separados en forma contraria a la natural. Su cuerpo descansó en la tumba y su alma descendió al Hades, el lugar de los espíritus muertos .II. La exaltación de Cristo
Hch 2:25  Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. 
Hch 2:26  Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza;  
Hch 2:27  Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción.  
Hch 2:28  Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia. 
Hch 2:29  Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. 
Hch 2:30  Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, 
Hch 2:31  viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. 
Ahora. en este punto, se produce un gran cambio. A través de la humillación, Cristo llega a la gloria. Su cuerpo, yacente en la tumba, no conoció corrupción.
Luc 24:36  Mientras ellos aún hablaban de estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos, y les dijo: Paz a vosotros. 
Luc 24:37  Entonces, espantados y atemorizados, pensaban que veían espíritu. 
Luc 24:38  Pero él les dijo: ¿Por qué estáis turbados, y vienen a vuestro corazón estos pensamientos? 
Luc 24:39  Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo. 
Luc 24:40  Y diciendo esto, les mostró las manos y los pies. 
Luc 24:41  Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? 
Luc 24:42  Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. 
Luc 24:43  Y él lo tomó, y comió delante de ellos. 
El cuerpo humano y el alma humana de Cristo vuelven a unirse. No fue el espíritu de Cristo que se elevó de entre los muertos; fue el hombre en su totalidad, con alma y cuerpo reunidos otra vez .
Jua 20:25  Le dijeron, pues, los otros discípulos: Al Señor hemos visto. El les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré. 
Jua 20:26  Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. 
Jua 20:27  Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. 
Jua 20:28  Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío! 
El cuerpo resucitado de Cristo fue el mismo cuerpo que los discípulos habían conocido antes de su muerte. El escepticismo vencido de Tomás es una de las grandes pruebas de la resurrección física de cristo y del hecho que el cuerpo que salió de la tumba era el mismo que había sido colocado en ella,
Hch 1:9  Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 
Hch 1:10  Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 
Hch 1:11  los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo. 
Después de haberse mostrado Jesús sobre la tierra por muchos días tras su resurrección, fue llevado al cielo. El va desde la tierra, que es un lugar, al cielo, que es otro lugar también.
Jua 14:2  En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 
Jua 14:3  Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 
En este lugar llamado cielo, Cristo está ahora preparando un lugar para nosotros.
Hch 2:32  A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. 
Hch 2:33  Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. 
La exaltación del Señor Jesucristo continúa. Ahora se sienta a la diestra de Dios Padre.
Efe 1:22  y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, 
El mismo que fue escupido y humillado ante los ojos de los pecadores es ahora Cabeza sobre todas las cosas.
Col 2:9  Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, 
Col 2:10  y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. 
Cristo es ahora el Dios de la Providencia.
Apo 19:9  Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. 
Apo 19:10  Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía. 
Apo 19:11  Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 
Apo 19:12  Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 
Apo 19:13  Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 
Apo 19:14  Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 
Apo 19:15  De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 
Apo 19:16  Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. 
Cristo volverá otra vez a la tierra y cuando El venga, tanto judíos como gentiles sabrán que a quien ellos humillaron y crucificaron es ciertamente lo que El sostuvo ser: el Mesías profetizado por el Antiguo Testamento, el único Salvador del hombre, Rey de reyes y Señor de señores, y, ciertamente nuestro Dios Soberano.