El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo en un discurso este jueves que la gente en Afganistán está "vendiendo a sus hijos y partes de sus cuerpos" para alimentar a sus familias en medio del colapso económico del país.
"Sin una acción inmediata, nos enfrentamos a una crisis de hambre y desnutrición en Afganistán", afirmó Guterres. "La gente ya está vendiendo a sus hijos y partes de sus cuerpos para alimentar a sus familias", declaró, denunciando que la ya grave situación humanitaria en el país se ha deteriorado de manera alarmante en los últimos meses, mientras luchan por alimentar a sus familias.
Asimismo, expuso que "la economía de Afganistán se ha derrumbado", con aproximadamente el 80 % de la población endeudada.
"Esto significa una catástrofe tanto para los afganos que luchan por alimentar a sus familias como para nuestras operaciones de ayuda", advirtió, citando el aumento de los precios de los alimentos en todo el mundo en medio de la crisis en Ucrania.
El secretario general también hizo referencia a una advertencia previa de la ONU de que el 97 % de las personas en el país podrían vivir por debajo del umbral de la pobreza a mediados de 2022. "Lamentablemente, ese número se está alcanzando más rápido de lo previsto", lamentó.
Después de que los talibanes tomaran Kabul en agosto, la organización advirtió que millones de afganos corrían el riesgo de morir de hambre. "Las necesidades de ayuda humanitaria se han triplicado desde junio y están aumentando día a día y mes a mes", dijo, al tiempo que hizo un llamamiento de financiación por 4.400 millones de dólares en fondos, "el pedido más grande del mundo para un solo país".
Además, Guterres, refiriéndose al cierre de las escuelas secundarias para niñas a principios de este mes por parte de los talibanes, denunció que "simplemente no hay justificación para tal discriminación". "El apoyo a los derechos de las mujeres afganas es el apoyo que saca a los niños del hambre y a las comunidades de la pobreza", agregó.